HISTORIA
La historia
es la ciencia que tiene como objeto de estudio el pasado de la humanidad y como
método el propio de las ciencias sociales. Se denomina también
"historia" al periodo histórico que transcurre desde la aparición de
la escritura hasta la actualidad.
Más allá de las acepciones propias de la ciencia
histórica, "historia", en el lenguaje usual, es la narración de
cualquier suceso, incluso de sucesos imaginarios y de mentiras; sea su
propósito el engaño, el placer estético o cualquier otro (ficción histórica).
Por el contrario, el propósito de la ciencia histórica es averiguar los hechos
y procesos que ocurrieron y se desarrollaron en el pasado e interpretarlos
ateniéndose a criterios de objetividad; aunque la posibilidad de cumplimiento
de tales propósitos y el grado en que sean posibles son en sí mismos objetos de
debate.
En medicina se utiliza el concepto de historia
clínica para el registro de datos sanitarios significativos de un paciente, que
se remontan hasta su nacimiento o incluso a su herencia genética.
A su vez, llamamos "historia" al pasado
mismo, e, incluso, puede hablarse de una "historia natural" en que la
humanidad no estaba presente (término clásico ya en desuso, que se utilizaba
para referirse no sólo a la geología y la paleontología sino también a muchas
otras ciencias naturales; las fronteras entre el campo al que se refiere este
término y el de la prehistoria y la arqueología son imprecisas, a través de la
paleoantropología).
Ese uso del término "historia" lo hace
equivalente a "cambio en el tiempo". En ese sentido se contrapone al
concepto de filosofía, equivalente a esencia o permanencia (lo que permite
hablar de una filosofía natural en textos clásicos y en la actualidad, sobre
todo en medios académicos anglosajones, como equivalente a la física). Para
cualquier campo del conocimiento, se puede tener una perspectiva histórica -el
cambio- o bien filosófica -su esencia-. De hecho, puede hacerse eso para la
historia misma (véase tiempo histórico) y para el tiempo mismo (véase Historia del tiempo de Stephen
Hawking, libro de divulgación sobre cosmología).
El período conocido como prehistoria comienza a
partir de la aparición del hombre, y comprende alrededor de dos millones de
años. Su estudio se basa en los restos de materiales encontrados hasta el momento: vasijas, piedras
talladas, armas, dibujos y restos humanos y sepulturas que permiten determinar
los períodos de la evolución.
Por eso la prehistoria se ocupa de estudiar el
pasado anterior a la aparición de la escritura.
La
Prehistoria Y Sus Subdivisiones
- La edad de piedra tallada o paleolítico: inició cuando los Australopithecus elaboraron los primeros utensilios hasta el momento en que el homo sapiens comenzó a practicar la agricultura y la ganadería. La primitiva forma habitual de obtener alimentos era la recolección de frutos naturales, luego se agregaron la pesca y la caza. Eran nómades, la organización social consistía en pequeños grupos. Aprendieron el uso del fuego y el hueso, la madera, y la piedra eran materias primas para elaborar herramientas y armas.
Hace 40.000 años –al desaparecer el "hombre
Neanderthal" y expandirse el "hombre de Cro Magnon"- se
perfeccionó la fabricación de utensilios. Se entró así al paleolítico superior.
En este subperíodo se desarrolló el arte rupestre.Otras manifestaciones de esta transformación
cultural son las toscas esculturas y pequeñas estatuillas de hueso o arcilla.
Atribuían a causas naturales todas las
manifestaciones de la vida o el clima.
- Neolítico o edad de piedra pulida: hacen su aparición las razas actuales. La economía se basa en el pastoreo y la agricultura. Se utiliza la cerámica. La vida social se hace más complicada en muchos sitios se organizan pequeños poblados con casas-habitaciones. Se construyen grandes monumentos de piedra llamados dólmenes y menhires.
Edad
De Piedra
De la recolección y la caza a la agricultura y la
ganadería. La Edad de Piedra es el período más extenso del desarrollo prehistórico. Abarca casi toda la existencia del
hombre, puesto que comienza con los útiles más antiguos hallados por los
arqueólogos y finaliza en algunas zonas del mundo, (Australia y Polinesia) tan
solo dos siglos cuando el uso del metal (hito que marca el final de la Edad de Piedra) fue difundido por los
europeos.
A mediados del siglo XIX, los anticuarios europeos
establecieron con certeza que el hombre vivió en tiempos remotos. Al mismo tiempo que una serie de animales extinguidos.
La Edad de Piedra se divide en dos etapas el
Paleolítico (periodo de la "piedra antigua" o "piedra
tallada") y el Neolítico (el mas reciente y mas breve "de la piedra
nueva" o "de la piedra pulida") el tiempo de transición entre
uno y otro se llama Mesolítico.
Edad
De Bronce
Abarca el período de tiempo anterior a la introducción del hierro y donde gran parte de los utensillos y armas se
fabricaban de bronce.
Se había pensado que el uso del bronce había tenido
su orígen en el Próximo Oriente, pero se descubrió que su metal era conocido en
Tailandia hacia el 4.500 a.C. Primero esta aleación fue usada para elementos
decorativos. El estaño necesario para su fabricación no abundaba en la región
pero se importaba desde Inglaterra durante el II milenio a.C. de esa forma se
posibilitó un uso más amplio del bronce en el Oriente Próximo y así fue
utilizado para utillaje y armamento.
El cobre natural se empleaba en diversos objetos en el 10.000
a.C. En la actual Serbia se utilizaba el cobre desde el 4.000 a.C., aunque el
bronce no se conocía para esa época. Hacia el 3.000 a.C. se empezó a utilizar
el bronce en Grecia. En China se conoció en el 1.800 a.C. y las culturas precolombinas
de América hasta el 1.000 d.C.
La Edad de Bronce en el Oriente Próximo y en el
Mediterráneo Oriental se divide en tres etapas: inicial, media y última.
Inicial: se incrementa el uso del bronce y pasa a
ser común. Fué el período de la civilización sumeria y el encumbramiento de
Acad hasta su predominio en Mesopotamia; también generó los espectaculares tesoros de
Troya. Bavilonia alcanzó su cumbre durante el bronce medio. La Creta minoica y
la Grecia micénica fueron las grandes civilizaciones del bronce último. Esta
edad terminó en esa zona hacia el 1.200 a.C. , fecha que se generalizó la tecnología del hierro.
Edad
De Hierro
Período en el que el hierro reemplazó al bronce en
la fabricación de instrumentos y armas. Comprendió el fin de la Edad de bronce
(700 a.C.) y la expansión del Imperio Romano (27 a.C.- 68 d.C.),esta es la última fase de la
prehistoria antes que la cultura romana impusiera una nueva vida y apareciera
la alfabetización. Donde no llegaban los romanos continúa la Edad de hierro por
ej. en Escandinavia, Alemania central o en zonas remotas de Gran Bretaña. Esta edad
comenzó en China en el 600 a.C.; en Africa subsahariana hacia el 500-400 a.C.; y en Africa del Sur
en el 200 d.C.
El
Trabajo Del Hierro
El hierro era más económico que el bronce ya que
los filones de donde se extraían eran más abundantes. No necesitaba aleación y
era admirable para la fabricación de hachas, clavos, cierras. Excepto en China
en ningún otro país se llegaba a la temperatura suficiente para moldear. Se calentaba en un horno,
se separaba el hierro de la escoria ; se recalentaba el hierro, convertido en
un solo bloque y luego se trabajaba el metal y se le daba forma con el
martillo. El hierro fue adoptado para instrumentos de trabajo y armamento. El
bronce para adornos personales como alfileres y espejos. El oro y la plata para hacer brazaletes para los guerreros.
Europa
Parece haber sido usado primero en Asia Occidental entre el 2000 y el 1.500 a.C. y luego se
difunde a Europa, sur de Asia y Africa del norte. La primera cultura en
Europa que pertenecía a esta Edad era la cultura de Hallstatt (1200-600 a.C.)
cuyo nombre se debe a un yacimiento donde se excavaron 2500 tumbas la 2da. es
Téne . (450-58 a.C.) que recibe el nombre de un yacimiento donde se recuperaron
objetos metálicos. Los hallazgos de Hallstatt se fechan entre el 700 y el 500
a.C. Los enterramientos reflejan gran riqueza ya que sus muertos están acompañados
por armas, como espadas de hierro y bronce, hachas, cascos y dagas; cuencos de
bronce, calderos y tazas, vasos de cerámicas, cuentas de ámbar y de cristal. Sus eran habitantes grandes
comerciantes que exploraban todo el centro de Europa y llegaban hasta el mar
Báltico y el Mediterráneo. De sus montañas extraían la sal. Los mineros de los
últimos siglos encontraron galerías apuntaladas con vigas de madera y restos
orgánicos de la sal. Restos de instrumentos de minería como mazos, palos y picos; antorchas, las cuales eran
utilizadas para iluminar los pasillos que en algunos casos llegaban a tener 330
m. de profundidad; fardos, fabricados con pieles y su armazón de madera, los
que fueron utilizados por los mineros para acarrear los bloques de sal hasta la
boca de la mina; también fabricaron prendas de pieles.
Esta cultura, no solo se caracterizó por las largas
espadas de hierro y jaeces de caballos, sino también por los enterramientos
principescos bajo grandes túmulos. Una de las tumbas más conocidas es la de
Vix, al este de Francia, enterramiento femenino del siglo VI a.C., que tenía
un ajuar compuesto por un carromato y un recipiente para mezclar vino con agua realizado en bronce de mano de obra griega, esto indica
que existían relaciones directas entre Europa y las colonias griegas del
Mediterráneo Occidental. A los habitantes de Europa de la edad de hierro se los
conoce como celtas. se cree que la aristocracia céltica importó del
Mediterráneo gran cantidad de objetos de prestigio por ej. vino, tejidos y bronces etruscos. En la Península Ibérica se destaca
la zona andaluza la cual recibió influencia fenicia desde el siglo VIII. a.C.
Algo similar sucedió en la costa levantina influida por la cultura de los
Campos de Urnas.
En la Península Ibérica la cremación fue el rito
funerario mas común. El período acaba con la expansión cartaginesa y la
definitiva conquista romana.
La Edad Antigua constituye un largo período
histórico que se extiende desde el principio del mundo hasta la destrucción del
Imperio Romano.
El origen del comercio se pierde en las nebulosidades de los siglos, pues
reducido al acto del cambio directo, o sea del trueque de unas cosas por otras, se
remonta a los tiempos bíblicos, porque los primeros hombres que poblaron la
superficie terrestre, no pudiendo vivir en absoluto aislamiento para librarse
de las fieras, ni bastarse a sí mismos para subvenir a sus necesidades,
tuvieron que reunirse en familias para formar tribus y comerciar entre sí,
permutando los productos del trabajo de cada uno por el producto del trabajo de cada semejante; pero si consideramos
el comercio desde un punto de vista más amplio, o sea desde que varias personas
se dedicaron exclusivamente a él, constituyendo la profesión de mercaderes,
entonces su origen debe buscarse en las épocas posteriores al singular
cataclismo conocido con el nombre de Diluvio Universal.
Sin duda, los pueblos antiguos traficaron unos con
otros en mayor o menor grado, y el comercio surgió en todos ellos a la vez, por
efecto de una serie de causas y concausas que convirtieron este ejercicio en
una necesidad indeclinable, sin que pueda atribuirse a ninguno en particular la
gloria de haberle inventado o instituido.
No obstante, preciso se hace reconocer que por su
espíritu mercantil o por la importancia de su tráfico, hubo algunos que se
distinguieron sobre todos los demás de una manera extraordinaria, y bajo tal concepto merecen especial mención la India, el Egipto, la Fenicia, Cartago, Grecia y Roma.
1.
INDIA
Se considera a la civilización de este país como la
más antigua del mundo, y su comercio exterior como uno de los más vastos. Estaba el pueblo
indio dividido en las cuatro castas llamadas de los Brahmanes, Sudras, Khatryas
y Vaishyas, a la vez que en numerosas subcastas, entre las que figuraba en
último término y como más despreciable la de los desdichados Parias; pero el
comercio gozaba de tanta estimación, que no podían ejercerlo las subcastas por
representar una profesión superior a sus merecimientos, y se vinculaba en una clase que asumía todos los privilegios necesarios para poder desarrollarlo, o sea en la casta de los Veishyas,
formada por los agricultores, industriales y mercaderes.
Contaba también este país con elementos poderosos
que favorecían el tráfico, tales como buenos caminos, ríos navegables,
peregrinaciones frecuentes, ferias renombradas, mercados surtidos, depósitos mercantiles, terrenos feraces y
productos abundantes, entre los que sobresalían las perlas, las maderas, las
especias, las fibras, el azúcar, el arroz, el hierro, el marfil, las telas magníficas de algodón, los objetos artísticos de nácar y otros diversos
artículos que escaseaban en las regiones occidentales; así es que los
extranjeros acudían allí para proveerse de ellos y distribuirlos después por
los demás pueblos, en tanto que los mercaderes del país permanecían en su
territorio, dando con ello lugar a que el comercio exterior de la India, aunque
importante por su cuantía, fuera pasivo por su carácter; siendo de advertir que el marítimo lo hacían
principalmente los árabes y el terrestre los chinos
2.
EGIPTO
Los antiguos mitologistas conceptúan a los egipcios
como los inventores del comercio y los navegantes más antiguos, pues dicen que su dios
Thoith es el autor de la navegación, y que su otro dios Osiris enseñó a los
hombres el arte de comprar y vender.
Dividí ase el pueblo egipcio en dos castas
superiores, formadas respectivamente por los sacerdotes y los militares, y una
casta inferior constituida por los industriales; esta última se subdividía en
cinco clases: de labradores y artesanos, de pescadores, de pastores, de
comerciantes y de intérpretes; siendo la más numerosa e importante de ellas la
de los labradores, ocupando la mayoría de los brazos juveniles y mereciendo
grandes consideraciones, pues sabido es que la principal riqueza de Egipto se debe a los desbordamientos anuales del río Nilo, los
cuales inundan los terrenos en una vasta extensión, depositan sobre ellos un
limo fertilizante, producen inmensas cantidades de cereales y hacen a este
territorio eminentemente agrícola.
Entre sus productos vegetales sobresalían el lino, el algodón, las maderas, las gomas, los bálsamos y los granos;
pero sobre todos ellos aparecía el trigo, hasta el extremo de convertir este
país en uno de los cuatro graneros del mundo. También tenían algunas minas,
buenas pesquerías y excelentes manufacturas, entre las que se distinguían las
telas, tintes, esencias, pomadas, cristales y objetos vidriados.
Su población era considerable y su comercio extenso, aunque no
tanto como podía haberlo sido si no hubiera estado contenido por los obstáculos que le oponían el
fanatismo religioso, la aversión a los extranjeros y el horror a la marina, al
considerar a las aguas del mar como un líquido impuro, no permitiéndose
consumir el pescado y la sal. Sin embargo, tenía importantes depósitos
mercantiles en Meroé, Tebas y Ammónium; poseían un puerto comercial frecuentado
por muchas naves, que era el de Alejandría; contaba con buenos caminos para
sostener el tráfico interior, que se extendían hasta el Fezzán y la Etiopía; y
eran dueños de numerosos canales que contribuían al desarrollo de sus riquezas, como los abiertos para el riego y
la navegación.
El comercio exterior de Egipto fue pequeño durante largo tiempo, porque la política
opresora de los Faraones cerraba las puertas del país a los extranjeros; pero
comenzó a desarrollarse cuando el rey Sammético abrió las fronteras de las
relaciones internacionales; fue muy activo en la época de la dinastía de los
Eptolomeos, y alcanzó su estado más floreciente bajo el reinado de Amasis,
hasta que conquistado este país por Cambises desaparecieron todas las
restricciones y quedó libre la navegación por todas las bocas del Nilo.
3.
FENICIA
La antigua Fenicia era un pequeño territorio de
veinticinco millas de largo y cinco de ancho, que forma una parte de la Siria
actual, el cual estaba bañado por el mar Mediterráneo, surcado por el río
Adonis y situado en la vertiente de la cordillera del Líbano, entre la Siria y
la Palestina. Los habitantes de este país fueron llamados primera-mente
sidonios y cananeos, porque descendían de Sidón, hijo de Canaán; pero cuando
fundaron la ciudad de Tiro, recibieron el nombre de fenicios. Su religión
primitiva fue el deísmo puro, que degeneró en politeísmo; y formó su gobierno una especie de federación, en virtud de la cual todas
sus ciudades y colonias se administraban con independencia, aunque sujetándose a un pacto que tenía por
objeto constituir en su conjunto la unidad nacional.
Obligados a vivir en un reducido país que poseía
fabulosos bosques y excelentes fondeaderos, se aplicaron a construir bajeles
con los que se lanzaron al mar; y guiados por su espíritu aventurero y su genio emprendedor, se dedicaron primero a la piratería y después al comercio, emprendiendo largas navegaciones
por el Atlántico, el Pacífico, el Mediterráneo y el Báltico, el mar Negro y el
Rojo, el golfo Arábigo y el Pérsico, que les hicieron conocer muchos países
hasta entonces ignorados, con los que entablaron relaciones mercantiles, y que
ellos ocultaron con narraciones misteriosas para evitar que otros pueblos se
lanzaran a frecuentarlos.
Guiados por su afición marítima y su habilidad
política, eminentemente notables y únicas en la historia
de su tiempo, erigieron ciudades tan importantes como las de Tiro, Sidón,
Trípoli, Sarepta, Aradio, Bérito y Biblos; a la vez que fundaron colonias tan
ricas como las de Nisibis y Edessa en los caminos comerciales del Eufrates;
Felus y Aradus en las islas del golfo Pérsico; Chipre, Rodas, Creta, Sicilia,
Cerdeña, Malta y Baleares en las islas del mar Mediterráneo; jartesia, Gades,
Cartella, Malaca e Hispalis en las costas de España; y Adrumeto, Utica, Hippona, Lepis y Cartago en el
continente de África, con cuyos poderosos elementos realizaron un tráfico
considerable que excede a toda ponderación y supera al de todos sus coetáneos,
pues llegaron a acumular capitales fabulosos con la importación y exportación de múltiples mercancías que iban a buscar a los
países productores, como las maderas del Líbano.
El coral de Malta, las telas de Persia y de India, el oro de África; la plata, el plomo y el hierro de España; el trigo, el algodón y el lino de Egipto;
los granos, los vinos y los aceites de Palestina; los esclavos, los caballos y
las vasijas de Armenia; las drogas, las esencias y las lanas de Arabia, y tantas otras
cosas que fueron el objeto de su especulación comercial y la base de sus
expediciones marítimas y terrestres, tan renombradas e importantes que han
valido a Fenicia el dictado de la Inglaterra de la antigüedad; pero que empezaron a decaer
cuando se debilitó su liga colonial por la dominación de los persas y que
desaparecieron cuando Alejandro deshizo esta liga con la destrucción de Tiro.
4.
CARTAGO
Como antes hemos dicho, Cartago fue una colonia de
Fenicia que Dido, reina de Tiro, huyendo del usurpador Pigmalión, fundó en la
costa septentrional del continente africano, en un lugar muy próximo al que hoy
ocupa la ciudad de Túnez; siendo su posición muy ventajosa por estar a igual
distancia de los diferentes extremos del Mediterráneo, en un litoral
frecuentado por numerosos bajeles mercantes y sobre un fértil suelo que la proveía de los cereales necesarios para su
subsistencia.
Durante algunos siglos su historia no ofreció nada
de particular y su existencia casi pasó inadvertida, pero cuando comenzó a
decaer el poder de los fenicios por la dominación de los persas se
inició el engrandecimiento de los cartagineses por su aplicación a la
navegación, y cuando desapareció Fenicia se constituyó Cartago en estado
independiente, viniendo a ser la república cartaginesa heredera del poder
comercial de la confederación feniciana.
Como los cartagineses descendían de los tirios,
nunca desmintieron su carácter eminentemente fenicio, comprobado por su espíritu
comercial, su genio emprendedor, su afición a la marina, su pericia en los negocios, su ingeniosa previsión, su amor a la riqueza, su incesante actividad y su política
económica; pues como ellos, realizaron largas navegaciones que ensancharon el
campo de los descubrimientos geográficos, fundaron colonias en España,
Baleares, Malta, Córcega, Cerdeña y Sicilia; organizaron caravanas para
recorrer por tierra el Africa, la Arabia y el Egipto; y mandaron naves para traficar
por mar con los metales de España, los hierros de Elba, los estaños de
Inglaterra, las pedrerías de Grecia, los algodones de Malta, los trigos de Egipto, las
mieles de Córcega, los ganados de Baleares y los negros de Italia. Para aumentar la cuantía de sus transacciones, crearon
el crédito público por medio de pedazos de cuero grabado a que asignaban determinado valor, fabricaron la moneda metálica y celebraron muchos tratados de comercio; pero en el afán de dedicarse
exclusiva-mente a sus negocios, descuidaron el cultivo de las ciencias, las artes y las letras.
El comercio hizo tan poderosa a Cartago, que por
espacio de muchos años disputó a Roma el imperio del mundo; pero al fin sucumbió en la lucha,
pues la posesión de la isla de Sicilia, que era considerada entonces como la
llave del Mediterráneo, originó entre cartagineses y romanos las tres
memorables guerras púnicas, en la última de las cuales y después de tres
años de sitio, fue tomada y destruida Cartago.
5.
GRECIA
Estaba formada la Grecia por un gran número de
ciudades que presentaban caracteres muy distintos a causa de pertenecer sus
respectivos moradores a razas bien diferentes, debiéndose a esto la división de
sus habitantes En Eolios, Dorios, Fonios y Aquiereos, a todos los cuales se
designó colectivamente con el nombre de Helenos. Esta nación rigió por espacio de muchos siglos los destinos del
mundo intelectual, pues se distinguió notablemente por sus adelantos en el
estudio de la filosofía, el derecho, la retórica, la astronomía, la geografía
y las matemáticas. También fue una de las principales potencias
colonizadoras, pues fundó ciudades importantes en los sitios más favorables
para el tráfico como las de Smirna, Sardes, Colofon, Cumas, Efeso, Fócea,
Mitilene, Boristenis, Hermonasa, Albia, Tanais, Teodosia, Siracusa, Troya,
Corinto, Ta-rento, Marsella, Sagunto, Régium, Sibaris, Crotona
y Cirene, con las que sostenían un vasto comercio
en metales, pescados, ganados, pieles, mantecas, granos, vinos, aceites,
maderas, frutas, tejidos, vasijas y otros muchos artículos. Ellos fueron los
primeros constructores de galeras a tres órdenes de remos; fabricaron el famoso
Argos, que fue el primer navío largo que surcó las aguas de Ponto-Euxino;
presentaron en la expedición a Sicilia la escuadra mayor que tuvo ciudad
alguna; hicieron el viaje de descubrimientos de Piteas, que creó el poderío
comercial de Marsella; realizaron la expedición de los argonautas a la isla de
Colcos para conquistar el vellocino de oro; inventaron las pesas y medidas para
las operaciones comerciales; dictaron las leyes de la navegación de Rodas, que fueron hasta la Edad Media el Código universal de los mares, y se distinguieron
especialmente sobre todos los demás pueblos por su hábil política en el arte de
gobernar.
El comercio de los griegos debió su origen al de
los fenicios, de quienes lo aprendieron, y si bien no fue tan extenso como el
de éstos, ni llegaron tampoco a ser tan intrépidos navegantes y tan buenos
constructores navales como ellos, comprendieron mejor la influencia moral y social del. tráfico, el cual fue muy importante,
particularmente en Atenas, que acumuló una riqueza asombrosa por sus
expediciones de cereales; en Rodas, que fue la potencia naval más fuerte de aquellos tiempos, y en Corinto,
que con sus dos puertos sobre el istmo fue el verdadero centro mercantil de
Grecia; pero con la guerra del Peloponeso recibió un golpe funesto, con la
dominación de Macedonia experimentó mayor quebranto y con la conquista de Roma se extinguió.
6.
ROMA
Fundada la Roma primitiva o colonia de Alba Longa por un descendiente de Eneas, llamado Rómulo, con
sus soldados y las sabinas, siete siglos y medio antes de la Era Cristiana,
permaneció obscurecida durante mucho tiempo y apenas ocupó otra extensión que
el monte Palanteo; pero después fue poco a poco aumentando su población y
ensanchando su perímetro por los montes Capitolino, Quirinal y Celio, hasta
llegar en la época imperial al grado máximo de su opulencia y esplendor. Fue la
dominadora del mundo por el poder irresistible de sus ejércitos, la afición
desmedida de sus conquistas y la sed implacable de aventuras; sobresaliendo sus
moradores en la milicia, la estrategia, la política, la oratoria, la filosofía y la legislación, sin descuidar por eso
el estudio de las letras, las ciencias y las artes.
Este pueblo, que fue el más poderoso de la
antigüedad; que dominó al mundo por espacio de muchos siglos y que tuvo tantas
cualidades eminentes, no fue jamás buen comerciante, pues en su primera época,
que se extendió hasta la caída de Cartago, se dedicó con preferencia a las armas; en su segunda, que duró hasta la terminación de la
República, se concretó a enriquecerse con los despojos de los vencidos, y en su
tercera, que llegó hasta la traslación del gobierno a Constantinopla, se
contentó con sostener un gran comercio pasivo, que concluyó por arruinarle.
Sin embargo, realizó algunos actos mercantiles
importantes, dignos de ser considerados; desarrollaron su marina para destruir
la alianza secreta de los tarentinos, tirrenos, samnitas y galos; combatieron
para acabar con la liga formada por los piratas baleares, cretenses, panfilios,
licios, cilicios y corintios; derrotaron a los corsarios de Pompeyo, que
dificultaban los abastecimientos de Roma por el levante, el occidente y Africa;
auxiliaron la navegación con la reconstrucción de puertos, instalación de faros
y concesión de primas; regularizaron las expediciones de géneros de las
provincias, instituyendo directores de comercio en Egipto, Iliria, España y
Ponto Euxino; reglamentaron las extracciones de trigo de Alejandría y Cartago,
poniéndolas bajo la inspección de los Prefectos del Pretorio de Oriente y del
Pretorio de Africa; establecieron transportes regulares de granos desde
Alejandría a Roma, por una flota a la que los historiadores llamaron nodriza
romana y los romanos sacra embole; distribuyeron a los menesterosos grandes
cantidades de cereales, que en concepto de tributo hacían venir de Sicilia, Africa y Egipto;
favorecieron el comercio con la institución de ferias, mercados, gremios y franquicias; y en fin, traficaron en muchas mercancías,
principalmente con la plata y mieles de España; plomos y estaños de Inglaterra,
ámbares y vasijas de Germania, vinos y aceites de Galia, granos y telas de
Sicilia, bronces y mármoles de Grecia, perlas y sederías de la India, gomas y
perfumes de la Arabia, esclavos y fieras de la Etiopía, tapices y bordados de
la Mauritania, vidrios y papeles del Egipto, comestibles y pedrerías de Asia, cueros y ganados de Africa.
Mas a pesar de todo eso, la ley flaminia prohibió el comercio a los patricios, como
profesión humillante, reservada a las clases sociales inferiores; relegaron la industria a los libertos, que formaron nueve corporaciones
obreras urbanas; dotaron las tripulaciones de los buques con marineros oriundos
de las provincias, organizaron las colonias con un carácter puramente militar,
sostuvieron un comercio pasivo acompañado de corrupciones, profesaron un
paganismo que admitía el horror de los sacrificios humanos, circunscribieron su
política a la máxima de pan y espectáculos para entretener al pueblo,
debilitaron su poder a causa de la inferioridad de su constitución económica, degeneraron sus bríos por efecto de la
relajación de sus licenciosas costumbres y concluyeron por desaparecer víctimas
de su propia decadencia al ser arrollados por las legiones irruptoras de los
bárbaros del Norte.
7.
ESPAÑA
La primitiva población de nuestra península es-taba
constituida por tres razas principales, que eran: la de los celtas, que
ocupaban las partes septentrional y occidental; la de los iberos, que se
extendía por la meridional y oriental; y la de los celtíberos, que era mezcla
de las dos anteriores y habitaba en la central. Su religión era el paganismo,
gozando gran consideración la teogonía toda de aquellos tiempos; sus costumbres
eran bárbaras, entregándose a prácticas extrañas propias de la escasa
civilización de aquella época; su carácter era belicoso, librando con
frecuencia luchas encarnizadas; su industria era escasa, limitándose a la producción de los artículos más indispensables para su vida
frugal; y su comercio era reducido, circunscribiéndose a la permuta del corto
número de artículos que se conocían en aquella fecha.
Dedúcese de lo expuesto que el primitivo pueblo
ibero no era comercial; pero como su suelo presentaba grandes riquezas
agrícolas, y su subsuelo con-tenía enormes tesoros minerales, fue invadida la Península por varias razas
extranjeras, que se establecieron en sus costas para explotar las fuentes de aquella riqueza; y al efecto, comenzaron a
colonizarla los fenicios en el siglo xv antes de Jesucristo, fundando entre
otras poblaciones a Cádiz, Málaga y Sevilla; diez siglos después vinieron a
habitarla los griegos, creando las ciudades de Rosas, Ampurias y Sagunto; tres siglos más tarde llegaron los
cartagineses para establecerse en ella, erigiendo a Barcelona, Cartagena y
Peñíscola; y más tarde arribaron los romanos, para expulsar a sus antecesores y
hacer de España una provincia de Roma, fundando en ella muchas e importantes
poblaciones.
La injerencia extranjera modificó notablemente la
religión, la cultura, la industria y el comercio de los iberos, difundiendo
entre ellos mayor civilización, mejores costumbres, nuevos conocimientos y
diversos adelantos, que dieron lugar al desarrollo de sus industrias, entre las que sobresalieron las fabricaciones de
las telas de lino de Setabis, de los paños de Galicia, de los vinos de
Tarragona, de las armas de Bilbilis y, en fin, de los metales, aceites,
salazones, lanas, mieles, ceras, púrpuras y otros diversos artículos, que
motivaron un comercio considerable, monopolizado por los colonizadores, quienes
mejoraron la construcción de los buques mercantes, enseñaron a la marina
derroteros más seguros y formaron los cargamentos de las numerosas naves que
con destino a los países de Levante salían continuamente de Rosas, Barcelona
Tarragona, Valencia, Alicante, Cartagena, Málaga, Cádiz, Se-villa, Huelva y
otros diferentes puertos.
En resumen: España fue un gran centro comercial de
la antigüedad; pero los españoles no pueden ser clasificados entre los
principales pueblos comerciantes de aquella Edad, puesto que dicho tráfico fue
ejercido por extranjeros, o sea por los fenicios, los griegos, los cartagineses
y los romanos.
Periodo de la historia
europea que transcurrió desde la desintegración del Imperio romano de Occidente, en el siglo V, hasta el siglo XV.
No obstante, las fechas anteriores no han de ser tomadas como referencias
fijas: nunca ha existido una brusca ruptura en el desarrollo cultural del continente. Parece que el término lo
empleó por vez primera el historiador Flavio Biondo de Forli, en su obra Historiarum ab inclinatione romanorun
imperii decades (Décadas de
historia desde la decadencia del Imperio romano), publicada en 1438
aunque fue escrita treinta años antes. El término implicó en su origen una
parálisis del progreso, considerando que la edad media fue un periodo de estancamiento cultural, ubicado
cronológicamente entre la gloria de la antigüedad clásica y el renacimiento. La investigación actual tiende, no obstante, a reconocer este
periodo como uno más de los que constituyen la evolución histórica europea, con sus propios procesos críticos y de desarrollo. Se divide generalmente la
edad media en tres épocas.
Inicios de la edad media
Ningún evento concreto determina el fin de la antigüedad y el inicio de la
edad media: ni el saqueo de Roma por los godos dirigidos por Alarico I en el 410, ni el
derrocamiento de Rómulo Augústulo (último emperador romano de Occidente) fueron
sucesos que sus contemporáneos consideraran iniciadores de una nueva época.
La culminación a finales del siglo V de una serie
de procesos de larga duración, entre ellos la grave dislocación económica y las
invasiones y asentamiento de los pueblos germanos en el Imperio romano, hizo
cambiar la faz de Europa. Durante los siguientes 300 años Europa occidental
mantuvo una cultura primitiva aunque instalada sobre la compleja y
elaborada cultura del Imperio romano, que nunca llegó a perderse u olvidarse
por completo.
Fragmentación de la autoridad
Durante este periodo no existió realmente una
maquinaria de gobierno unitaria en las distintas entidades políticas, aunque la poco sólida confederación de tribus
permitió la formación de reinos. El desarrollo político y económico era
fundamentalmente local y el comercio regular desapareció casi por completo, aunque la economía monetaria nunca dejó de existir de forma absoluta. En
la culminación de un proceso iniciado durante el Imperio romano, los campesinos
comenzaron a ligarse a la tierra y a depender de los grandes propietarios para
obtener su protección y una rudimentaria administración de justicia, en lo que constituyó el germen del régimen señorial.
Los principales vínculos entre la aristocracia guerrera fueron los lazos de
parentesco aunque también empezaron a surgir las relaciones feudales. Se ha
considerado que estos vínculos (que relacionaron la tierra con prestaciones militares y otros servicios) tienen su origen en la antigua relación romana
entre patrón y cliente o en la institución germánica denominada comitatus (grupo de compañeros guerreros). Todos estos sistemas de relación impidieron que se produjera una
consolidación política efectiva.
La Iglesia
La única institución europea con carácter universal fue la Iglesia, pero incluso en ella se había producido una
fragmentación de la autoridad. Todo el poder en el seno de la jerarquía eclesiástica estaba en las
manos de los obispos de cada región. El papa tenía una cierta preeminencia
basada en el hecho de ser sucesor de san Pedro, primer obispo de Roma, a quien
Cristo le había otorgado la máxima autoridad eclesiástica. No obstante, la
elaborada maquinaria del gobierno eclesiástico y la idea de una Iglesia
encabezada por el papa no se desarrollarían hasta pasados 500 años. La Iglesia
se veía a sí misma como una comunidad espiritual de creyentes cristianos, exiliados del
reino de Dios, que aguardaba en un mundo hostil el día de la salvación. Los
miembros más destacados de esta comunidad se hallaban en los monasterios,
diseminados por toda Europa y alejados de la jerarquía eclesiástica.
En el seno de la Iglesia hubo tendencias que
aspiraban a unificar los rituales, el calendario y las reglas monásticas,
opuestas a la desintegración y al desarrollo local. Al lado de estas medidas
administrativas se conservaba la tradición cultural del Imperio romano. En el
siglo IX, la llegada al poder de la dinastía Carolingia supuso el inicio de una
nueva unidad europea basada en el legado romano, puesto que el poder político
del emperador Carlomagno dependió de reformas administrativas en las que
utilizó materiales, métodos y objetivos del extinto mundo romano.
Vida cultural
La actividad cultural durante los inicios de la
edad media consistió principalmente en la conservación y sistematización del conocimiento del pasado y se copiaron y comentaron las obras
de autores clásicos. Se escribieron obras enciclopédicas, como las Etimologías (623) de san Isidoro de
Sevilla, en las que su autor pretendía compilar todo el conocimiento de la
humanidad. En el centro de cualquier actividad docta estaba la Biblia: todo aprendizaje secular llegó a ser considerado como una mera
preparación para la comprensión del Libro Sagrado.
Esta primera etapa de la edad media se cierra en el
siglo X con las segundas migraciones germánicas e invasiones protagonizadas por
los vikingos procedentes del norte y por los magiares de las estepas asiáticas,
y la debilidad de todas las fuerzas integradoras y de expansión europeas al
desintegrarse el Imperio Carolingio. La violencia y dislocamiento que sufrió Europa motivaron que las
tierras se quedaran sin cultivar, la población disminuyera y los monasterios se convirtieran en los
únicos baluartes de la civilización.
La alta edad media
Hacia mediados del siglo XI Europa se encontraba en
un periodo de evolución desconocido hasta ese momento. La época de las grandes
invasiones había llegado a su fin y el continente europeo experimentaba el
crecimiento dinámico de una población ya asentada. Renacieron la vida urbana y
el comercio regular a gran escala y se desarrolló una sociedad y cultura que fueron complejas, dinámicas e innovadoras.
Este periodo se ha convertido en centro de atención de la moderna investigación y se le ha dado en llamar el renacimiento del siglo XII.
El poder papal
Durante la alta edad media la Iglesia católica,
organizada en torno a una estructurada jerarquía con el papa como
indiscutida cúspide, constituyó la más sofisticada institución de gobierno en
Europa occidental. El Papado no sólo ejerció un control directo sobre el dominio de las tierras del centro y norte de Italia sino que además lo tuvo sobre toda Europa gracias a la
diplomacia y a la administración de justicia (en este caso mediante el extenso sistema de tribunales eclesiásticos). Además las órdenes
monásticas crecieron y prosperaron participando de lleno en la vida secular.
Los antiguos monasterios benedictinos se imbricaron en la red
de alianzas feudales. Los miembros de las nuevas órdenes monásticas, como los
cistercienses, desecaron zonas pantanosas y limpiaron bosques; otras, como los
franciscanos, entregados voluntariamente a la pobreza, pronto empezaron a participar en la renacida vida
urbana. La Iglesia ya no se vería más como una ciudad espiritual en el exilio
terrenal, sino como el centro de la existencia. La espiritualidad altomedieval
adoptó un carácter individual, centrada ritualmente en el sacramento de la
eucaristía y en la identificación subjetiva y emocional del creyente con el
sufrimiento humano de Cristo. La creciente importancia del culto a la Virgen María, actitud desconocida en la Iglesia hasta este momento, tenia el
mismo carácter emotivo.
Aspectos intelectuales
Dentro del ámbito cultural, hubo un resurgimiento
intelectual al prosperar nuevas instituciones educativas como las escuelas catedralicias y
monásticas. Se fundaron las primeras universidades, se ofertaron graduaciones
superiores en medicina, derecho y teología, ámbitos en los que fue intensa
la investigación: se recuperaron y tradujeron escritos médicos de la
antigüedad, muchos de los cuales habían sobrevivido gracias a los eruditos
árabes y se sistematizó, comentó e investigó la evolución tanto del Derecho
canónico como del civil, especialmente en la famosa Universidad de Bolonia. Esta labor tuvo gran influencia en el
desarrollo de nuevas metodologías que fructificarían en todos los campos de
estudio. El escolasticismo se popularizó, se estudiaron los escritos de la
Iglesia, se analizaron las doctrinas teológicas y las prácticas religiosas y se
discutieron las cuestiones problemáticas de la tradición cristiana. El siglo
XII, por tanto, dio paso a una época dorada de la filosofía en Occidente.
Innovaciones artísticas
También se produjeron innovaciones en el
campo de las artes creativas. La escritura dejó de ser una actividad exclusiva del clero y el
resultado fue el florecimiento de una nueva literatura, tanto en latín como, por primera vez, en lenguas vernáculas. Estos nuevos textos estaban destinadas a
un público letrado que poseía educación
y tiempo libre para leer. La lírica amorosa, el romance
cortesano y la nueva modalidad de textos históricos expresaban la nueva
complejidad de la vida y el compromiso con el mundo secular. En el campo de la pintura se prestó una atención sin precedentes a la
representación de emociones extremas, a la vida cotidiana y al mundo de la naturaleza. En la arquitectura, el románico alcanzó su perfección con la
edificación de incontables catedrales a lo largo de rutas de peregrinación en
el sur de Francia y en España, especialmente el Camino de Santiago, incluso cuando ya
comenzaba a abrirse paso el estilo gótico que en los siguientes siglos se
convertiría en el estilo artístico predominante.
La nueva unidad europea
Durante el siglo XIII se sintetizaron los logros
del siglo anterior. La Iglesia se convirtió en la gran institución europea, las
relaciones comerciales integraron a Europa gracias especialmente a las
actividades de los banqueros y comerciantes italianos, que extendieron sus
actividades por Francia, Inglaterra, Países Bajos y el norte de África, así como por las tierras imperiales germanas. Los viajes, bien por razones de estudio o por motivo de una
peregrinación fueron más habituales y cómodos. También fue el siglo de las
Cruzadas; estas guerras, iniciadas a finales del siglo XI, fueron predicadas
por el Papado para liberar los Santos Lugares cristianos en el Oriente Próximo
que estaban en manos de los musulmanes. Concebidas según el Derecho canónico como
peregrinaciones militares, los llamamientos no establecían distinciones
sociales ni profesionales. Estas expediciones internacionales fueron un ejemplo
más de la unidad europea centrada en la Iglesia, aunque también influyó el interés de dominar las rutas comerciales de Oriente. La alta
edad media culminó con los grandes logros de la arquitectura gótica, los
escritos filosóficos de santo Tomás de Aquino y la visión imaginativa de la
totalidad de la vida humana, recogida en la Divina comedia de Dante Alighieri.
La baja edad media
Si la alta edad media estuvo caracterizada por la
consecución de la unidad institucional y una síntesis intelectual, la baja edad media estuvo marcada por
los conflictos y la disolución de dicha unidad. Fue entonces
cuando empezó a surgir el Estado moderno —aún cuando éste en ocasiones no era más que
un incipiente sentimiento nacional— y la lucha por la hegemonía entre la
Iglesia y el Estado se convirtió en un rasgo permanente de la historia de
Europa durante algunos siglos posteriores. Pueblos y ciudades continuaron
creciendo en tamaño y prosperidad y comenzaron la lucha por la autonomía
política. Este conflicto urbano se convirtió además en una lucha interna en
la que los diversos grupos sociales quisieron imponer sus respectivos intereses.
Inicios de la ciencia política
Una de las consecuencias de esta pugna,
particularmente en las corporaciones señoriales de las ciudades italianas, fue
la intensificación del pensamiento político y social que se centró en el Estado
secular como tal, independiente de la Iglesia.
La nueva espiritualidad
Aunque este desarrollo filosófico fue importante,
la espiritualidad de la baja edad media fue el auténtico indicador de la
turbulencia social y cultural de la época. Esta espiritualidad estuvo
caracterizada por una intensa búsqueda de la experiencia directa con Dios, bien
a través del éxtasis personal de la iluminación mística, o bien mediante el examen personal de la
palabra de Dios en la Biblia. En ambos casos, la Iglesia orgánica —tanto en su
tradicional función de intérprete de la doctrina como en su papel
institucional de guardián de los sacramentos— no estuvo en disposición de
combatir ni de prescindir de este fenómeno.
Toda la población, laicos o clérigos, hombres o
mujeres, letrados o analfabetos, podían disfrutar potencialmente una
experiencia mística. Concebida ésta como un don divino de carácter personal,
resultaba totalmente independiente del rango social o del nivel de educación
pues era indescriptible, irracional y privada. Por otro lado, la lectura devocional de la Biblia produjo una percepción de la Iglesia como institución marcadamente
diferente a la de anteriores épocas en las que se la consideraba como algo
omnipresente y ligado a los asuntos terrenales. Cristo y los apóstoles
representaban una imagen de radical sencillez y al tomar la vida de Cristo como modelo de imitación, hubo personas que comenzaron a
organizarse en comunidades apostólicas. En ocasiones se esforzaron por reformar
la Iglesia desde su interior para conducirla a la pureza y sencillez
apostólica, mientras que en otras ocasiones se desentendieron simplemente de
todas las instituciones existentes.
En muchos casos estos movimientos adoptaron una
postura apocalíptica o mesiánica, en particular entre los sectores más
desprotegidos de las ciudades bajomedievales, que vivían en una situación muy
difícil. Tras la aparición catastrófica de la peste negra, en la década de
1340, que acabó con la vida de una cuarta parte de la población europea, bandas
de penitentes, flagelantes y de seguidores de nuevos mesías recorrieron toda
Europa, preparándose para la llegada de la nueva época apostólica.
Esta situación de agitación e innovación espiritual desembocaría en la Reforma protestante;
las nuevas identidades políticas conducirían al triunfo del Estado nacional
moderno y la continua expansión económica y mercantil puso las bases para la
transformación revolucionaria de la economía europea. De este modo las raíces
de la edad moderna pueden localizarse en medio de la disolución del
mundo medieval, en medio de su crisis social y cultural.
La Edad Moderna Se le denomina Edad Moderna a la tercera época de la
Historia Universal. Marca el estudio de los hechos acaecidos desde 1453 año en
que ocurrió la Toma de Constantinopla por los turcos, ultimo baluarte del
imperio Bizantino, hasta el año 1789, fecha en que estallo la Revolución
Francesa.
1. La revolución científica en la historia
"La ciencia moderna no ha brotado perfecta y completa de los
cerebros de Galileo y Descartes, (...) había sido preparada por un largo esfuerzo
del pensamiento. Y no hay nada más interesante, más instructivo ni
más sobrecogedor que la de la historia de ese esfuerzo, la historia del
pensamiento humano que trata con obstinación los mismos eternos problemas, encontrando las mismas dificultades, luchando sin
tregua contra los mismos obstáculos y forjando lenta y progresivamente los
instrumentos y herramientas, es decir, los nuevos conceptos, los nuevos métodos de pensamiento, que permitirán por fin
superarlos".
Alexandre Koyré
El término o concepto de Revolución Científica, lo debemos a los historiadores del período de la Ilustración, quienes calificaron las transformaciones introducidas por Copérnico, Galileo, Newton y otros en la astronomía y física como rupturas revolucionarias con el pasado que iniciaron periodos nuevos en el pensamiento. Esta interpretación que ve el desarrollo de la ciencia puntuado por discontinuidades creativas interesa desde hace mucho tiempo a los historiadores.
El sello de la revolución científica está impresa en la investigación actual: quien acuñó el concepto fue el ruso Alexandre Koyré, quien la empleó por primera vez en 1939. Rupert Hall lo utilizó como titulo para su libro The Cientific Revolution (1954), y la idea se incorporó al acervo anglo-norteamericano a través de The Originas of the Modern Science 1300-1800 de Butterfield (1949). Otro ejemplo "paradigmático" es el de Thomas S. Khun con La Estructura de las Revoluciones Científicas de 1962. La investigación en estos términos se ha visto enfrentada a numerosos problemas, como por ejemplo el de la cronología. La mayor parte de los historiadores afirman que la revolución científica se extiende a lo largo de los siglos XVI y XVII, desde Vesalio y Copérnico hasta Newton. Otros consideran periodos más cortos centrando la revolución en el siglo XVII, y otros incluso algunos períodos más largos, remontando a los pensadores "modernos" a partir del siglo XIII.
Por otra parte los historiadores tampoco se ponen de acuerdo respecto a que lugar ocupa la revolución científica en el conjunto de la historia, situándola algunos como parte de otras revoluciones como la burguesa; o a la inversa, como Hall que considera el cambio científico como al margen de presiones socioeconómicas y políticas. Para la realización de este trabajo sobre la revolución científica tomaré una posición intermedia entre ambas, ya que el desarrollo que concluye con una ciencia institucionalizada se mantuvo prácticamente aislado de presiones políticas y económicas, en entidades como la Royal Society o la Academia de Ciencias de Paris, y a su vez ninguna filósofo natural o institución se encontró totalmente ajeno a las circunstancias socioeconómicas y políticas, ni de "los limites de lo pensable" de su época.
Según Koyré, Butterfield, Hall y sus discípulos, la ciencia se había transformado por medio de saltos impredecibles de la razón, idea conocida como "Interpretación Clásica". Para ellos, la ciencia es fundamentalmente pensamiento, y como tal y en ultimo extremo filosofía; es una empresa profundamente intelectual, cuyo objeto reside en alcanzar una comprensión del cosmos en términos que son en último extremo filosóficos.
La formación de la actitud científica moderna es una línea divisoria mucho mas importante que el Renacimiento o la Reforma, fue el momento en que en Europa se produjo la llegada de una nueva era intelectual y espiritual en que la civilización occidental superó las mitologías tradicionales para afrontar las realidades de la naturaleza, y constituyó una gran línea divisoria entre la mentalidad tradicional o primitiva de los "antiguos" y la racionalidad madura de los "modernos".
Rupert Hall caracteriza la revolución científica como el conocimiento del mundo externo que actualmente suponemos que existe con independencia del hombre –aunque en el
pasado reciente existía la creencia universal de que una de las mejores razones para estudiar la naturaleza era la intima relación entre esta y el hombre-.
es el fenómeno de desplazamiento –todavía parcial, incompleto- de una idea de la naturaleza por otra idea; de una "visión del mundo" por otra.
la ciencia moderna se diferencia notablemente. Exige criterios rigurosos en la observación y los experimentos. Excluye los agentes espirituales de su esfera y acepta un materialismo puro. Distingue entre teorías confirmadas, hipótesis plausibles y especulaciones tentativas: tres grados de confianza y tal vez, a la inversa, tres grados distintos de estímulo intelectual. Es sumamente matemática en su estructura y argumentos. la mejor prueba de una teoría es la verificación de las conclusiones (predicciones) extraídas de ella. Además las teorías incitan a la investigación y los frutos de ésta imponen la formulación de teorías. Estas características se adquirieron mediante el estudio de la naturaleza durante un periodo de transición que desde finales del siglo XVII se denomina por conveniencias "revolución científica" y se retuvieron mediante el desarrollo detallado tanto del conocimiento basado en datos como en su ordenamiento teórico.
Hall concluye: "podría decirse que este libro trata de la victoria de la racionalidad sobre la religiosidad".
Parece útil caracterizar las transformaciones que ocurrieron en la ciencia en los siglos XVI y SXVII como revolucionarios. Las doctrinas tradicionales se habían atrincherado fuertemente en los seminarios y Universidades, libros de texto, programas y en las mentes cultas, y estaban protegidas por los guardianes de la ortodoxia intelectual: las iglesias cristianas, el papado; en episodios claves como la quema de Giordano Bruno y el juicio a Galileo. Lo cierto es que el siglo XVII fue un escenario de violentos conflictos entre filosofías naturales rivales, que se convertían en luchas entre lo viejo y lo nuevo. Muchas ciencias experimentaron reorientaciones fundamentales: en astronomía, física, química, desde el punto vista metodológico, y uno de los más importantes: en las matemáticas, cuyos adelantos dieron la ciencia la posibilidad de calcular y controlar aspectos que antes habían sido impresionistas. Consideradas colectivamente, este conjunto de investigaciones supusieron una progresión de fructíferas reformulaciones de fundamentos hasta que, especialmente con Newton, se alcanzó una síntesis coherente, de extraordinario alcance y potencial y capaz de solucionar tanto los problemas cotidianos, como de generar futuras investigaciones.
Las transformaciones ocurridas en la ciencia no solo eran revolucionarias en cuanto a las técnicas y conceptos, sino también en la medida que situaron a la ciencia en un papel no conocido en la cultura y conciencia europeas. Impusieron nuevas concepciones de la naturaleza y de la relación del hombre con ella, una naturaleza que se había descubierto como realmente era: racional, regulada, gobernada por leyes y mecánica. Mas exactamente las ciencias del siglo XVII impusieron su propio modelo de naturaleza como orden regular y mecánico que legitimaba el control intelectual y practico de la naturaleza por parte del científico. Se elaboraron nuevas formulaciones de los principios fundamentales. Fue necesarios insistir en una división entre Dios y la naturaleza, quien en la filosofía mecánica se atribuía toda actividad, pero con un papel cada vez más distante, quedando la naturaleza reducida a una maquina inerte y pasiva. También con el cartesianismo fueron separados en hombre y la naturaleza, separación que le permitió actuar sobre ella. Una vez que la naturaleza había sido "desencantada", los científicos reclamaron cada vez con mas fuerza el derecho del hombre –como dijo Bacon- a "conquistarla y subyugarla", a someterla a la "tortura" para que revelara la verdad. Dios se hizo más remoto y la naturaleza menos sacrosanta. El derecho del hombre al progreso a través de la consecución del conocimiento de la naturaleza pasó a ser el eje central de las teorías más influyentes sobre el destino humano, y la conquista de la naturaleza se convirtió en un objetivo practico, noble, incluso divino.
La transformación material de Occidente durante los últimos tres siglos habría sido imposible sin la capacidad técnica generada por la ciencia del siglo XVII, pero también habría sido impensable sin la sanción y el estimulo de nuevas visiones de las ciencias y la naturaleza formuladas por el baconianismo, el cartesianismo y otras filosofías paralelas del siglo XVII.
Una característica importante del desarrollo científico durante los siglos XVI al XVIII, es que las ciencias actúan en subculturas, quedando al margen en diversos grados, de las presiones políticas diversas, elemento que debemos tener en cuenta por ser uno de los rasgos fundamentales y duraderos de la transformación científica del período.
En efecto, el siglo XVII contemplo dos acontecimientos fundamentales con respecto a la posición social de la ciencia. El primero de ellos es la fundación de sociedades dedicadas exclusivamente a la ciencia natural, con frecuencia bajo protección real, pero generalmente con una cierta autonomía. la ciencia fue "socializada" y, en consecuencia, por primera vez se alcanzó una cierta presencia pública con independencia de la corte, la Iglesia o la Universidad. En segundo lugar, la ciencia adquirió una voz internacional más estable. En especial, el incremento de publicaciones científicas a través de la revistas institucionales como la Philosophical Transactions, de la Royal Society, hizo surgir un autentico cosmopolitismo científico.
a través de este tipo de acontecimientos iría tomando forma una comunidad científica.
Todo este tipo de acontecimientos dio a la ciencia una extraordinaria continuidad como institución social que en parte explican
que se haya visto inmune desde el siglo XVII a los ataques de los contrarrevolucionarios.
Alexandre Koyré
El término o concepto de Revolución Científica, lo debemos a los historiadores del período de la Ilustración, quienes calificaron las transformaciones introducidas por Copérnico, Galileo, Newton y otros en la astronomía y física como rupturas revolucionarias con el pasado que iniciaron periodos nuevos en el pensamiento. Esta interpretación que ve el desarrollo de la ciencia puntuado por discontinuidades creativas interesa desde hace mucho tiempo a los historiadores.
El sello de la revolución científica está impresa en la investigación actual: quien acuñó el concepto fue el ruso Alexandre Koyré, quien la empleó por primera vez en 1939. Rupert Hall lo utilizó como titulo para su libro The Cientific Revolution (1954), y la idea se incorporó al acervo anglo-norteamericano a través de The Originas of the Modern Science 1300-1800 de Butterfield (1949). Otro ejemplo "paradigmático" es el de Thomas S. Khun con La Estructura de las Revoluciones Científicas de 1962. La investigación en estos términos se ha visto enfrentada a numerosos problemas, como por ejemplo el de la cronología. La mayor parte de los historiadores afirman que la revolución científica se extiende a lo largo de los siglos XVI y XVII, desde Vesalio y Copérnico hasta Newton. Otros consideran periodos más cortos centrando la revolución en el siglo XVII, y otros incluso algunos períodos más largos, remontando a los pensadores "modernos" a partir del siglo XIII.
Por otra parte los historiadores tampoco se ponen de acuerdo respecto a que lugar ocupa la revolución científica en el conjunto de la historia, situándola algunos como parte de otras revoluciones como la burguesa; o a la inversa, como Hall que considera el cambio científico como al margen de presiones socioeconómicas y políticas. Para la realización de este trabajo sobre la revolución científica tomaré una posición intermedia entre ambas, ya que el desarrollo que concluye con una ciencia institucionalizada se mantuvo prácticamente aislado de presiones políticas y económicas, en entidades como la Royal Society o la Academia de Ciencias de Paris, y a su vez ninguna filósofo natural o institución se encontró totalmente ajeno a las circunstancias socioeconómicas y políticas, ni de "los limites de lo pensable" de su época.
Según Koyré, Butterfield, Hall y sus discípulos, la ciencia se había transformado por medio de saltos impredecibles de la razón, idea conocida como "Interpretación Clásica". Para ellos, la ciencia es fundamentalmente pensamiento, y como tal y en ultimo extremo filosofía; es una empresa profundamente intelectual, cuyo objeto reside en alcanzar una comprensión del cosmos en términos que son en último extremo filosóficos.
La formación de la actitud científica moderna es una línea divisoria mucho mas importante que el Renacimiento o la Reforma, fue el momento en que en Europa se produjo la llegada de una nueva era intelectual y espiritual en que la civilización occidental superó las mitologías tradicionales para afrontar las realidades de la naturaleza, y constituyó una gran línea divisoria entre la mentalidad tradicional o primitiva de los "antiguos" y la racionalidad madura de los "modernos".
Rupert Hall caracteriza la revolución científica como el conocimiento del mundo externo que actualmente suponemos que existe con independencia del hombre –aunque en el
pasado reciente existía la creencia universal de que una de las mejores razones para estudiar la naturaleza era la intima relación entre esta y el hombre-.
es el fenómeno de desplazamiento –todavía parcial, incompleto- de una idea de la naturaleza por otra idea; de una "visión del mundo" por otra.
la ciencia moderna se diferencia notablemente. Exige criterios rigurosos en la observación y los experimentos. Excluye los agentes espirituales de su esfera y acepta un materialismo puro. Distingue entre teorías confirmadas, hipótesis plausibles y especulaciones tentativas: tres grados de confianza y tal vez, a la inversa, tres grados distintos de estímulo intelectual. Es sumamente matemática en su estructura y argumentos. la mejor prueba de una teoría es la verificación de las conclusiones (predicciones) extraídas de ella. Además las teorías incitan a la investigación y los frutos de ésta imponen la formulación de teorías. Estas características se adquirieron mediante el estudio de la naturaleza durante un periodo de transición que desde finales del siglo XVII se denomina por conveniencias "revolución científica" y se retuvieron mediante el desarrollo detallado tanto del conocimiento basado en datos como en su ordenamiento teórico.
Hall concluye: "podría decirse que este libro trata de la victoria de la racionalidad sobre la religiosidad".
Parece útil caracterizar las transformaciones que ocurrieron en la ciencia en los siglos XVI y SXVII como revolucionarios. Las doctrinas tradicionales se habían atrincherado fuertemente en los seminarios y Universidades, libros de texto, programas y en las mentes cultas, y estaban protegidas por los guardianes de la ortodoxia intelectual: las iglesias cristianas, el papado; en episodios claves como la quema de Giordano Bruno y el juicio a Galileo. Lo cierto es que el siglo XVII fue un escenario de violentos conflictos entre filosofías naturales rivales, que se convertían en luchas entre lo viejo y lo nuevo. Muchas ciencias experimentaron reorientaciones fundamentales: en astronomía, física, química, desde el punto vista metodológico, y uno de los más importantes: en las matemáticas, cuyos adelantos dieron la ciencia la posibilidad de calcular y controlar aspectos que antes habían sido impresionistas. Consideradas colectivamente, este conjunto de investigaciones supusieron una progresión de fructíferas reformulaciones de fundamentos hasta que, especialmente con Newton, se alcanzó una síntesis coherente, de extraordinario alcance y potencial y capaz de solucionar tanto los problemas cotidianos, como de generar futuras investigaciones.
Las transformaciones ocurridas en la ciencia no solo eran revolucionarias en cuanto a las técnicas y conceptos, sino también en la medida que situaron a la ciencia en un papel no conocido en la cultura y conciencia europeas. Impusieron nuevas concepciones de la naturaleza y de la relación del hombre con ella, una naturaleza que se había descubierto como realmente era: racional, regulada, gobernada por leyes y mecánica. Mas exactamente las ciencias del siglo XVII impusieron su propio modelo de naturaleza como orden regular y mecánico que legitimaba el control intelectual y practico de la naturaleza por parte del científico. Se elaboraron nuevas formulaciones de los principios fundamentales. Fue necesarios insistir en una división entre Dios y la naturaleza, quien en la filosofía mecánica se atribuía toda actividad, pero con un papel cada vez más distante, quedando la naturaleza reducida a una maquina inerte y pasiva. También con el cartesianismo fueron separados en hombre y la naturaleza, separación que le permitió actuar sobre ella. Una vez que la naturaleza había sido "desencantada", los científicos reclamaron cada vez con mas fuerza el derecho del hombre –como dijo Bacon- a "conquistarla y subyugarla", a someterla a la "tortura" para que revelara la verdad. Dios se hizo más remoto y la naturaleza menos sacrosanta. El derecho del hombre al progreso a través de la consecución del conocimiento de la naturaleza pasó a ser el eje central de las teorías más influyentes sobre el destino humano, y la conquista de la naturaleza se convirtió en un objetivo practico, noble, incluso divino.
La transformación material de Occidente durante los últimos tres siglos habría sido imposible sin la capacidad técnica generada por la ciencia del siglo XVII, pero también habría sido impensable sin la sanción y el estimulo de nuevas visiones de las ciencias y la naturaleza formuladas por el baconianismo, el cartesianismo y otras filosofías paralelas del siglo XVII.
Una característica importante del desarrollo científico durante los siglos XVI al XVIII, es que las ciencias actúan en subculturas, quedando al margen en diversos grados, de las presiones políticas diversas, elemento que debemos tener en cuenta por ser uno de los rasgos fundamentales y duraderos de la transformación científica del período.
En efecto, el siglo XVII contemplo dos acontecimientos fundamentales con respecto a la posición social de la ciencia. El primero de ellos es la fundación de sociedades dedicadas exclusivamente a la ciencia natural, con frecuencia bajo protección real, pero generalmente con una cierta autonomía. la ciencia fue "socializada" y, en consecuencia, por primera vez se alcanzó una cierta presencia pública con independencia de la corte, la Iglesia o la Universidad. En segundo lugar, la ciencia adquirió una voz internacional más estable. En especial, el incremento de publicaciones científicas a través de la revistas institucionales como la Philosophical Transactions, de la Royal Society, hizo surgir un autentico cosmopolitismo científico.
a través de este tipo de acontecimientos iría tomando forma una comunidad científica.
Todo este tipo de acontecimientos dio a la ciencia una extraordinaria continuidad como institución social que en parte explican
que se haya visto inmune desde el siglo XVII a los ataques de los contrarrevolucionarios.
2. Los teóricos de
la ciencia
Thomas Khun y Alexandre Koyré:
Para desarrollar la historia de la revolución científica y su papel en la Edad Moderna y en el desarrollo de la civilización occidental, utilizare como marco teórico, dentro de la denominada Interpretación Clásica, a diferentes obras de Thomas S. Khun y Alexandre Koyré.
En los estudios de reflexión sobre la ciencia, existen diferentes aportes que vienen de diferentes dimensiones, vinculadas a la epistemología, la filosofía de la ciencia, la historia de la ciencia, la sociología de la ciencia y la psicología y psicoanálisis de la ciencia. Los modelos que utilizaré que actualmente están en concurrencia son: el campo anglosajón, cuyas referencias fundamentales hacen énfasis en la historia y la sociología de la ciencia; y el campo francés, que hace énfasis en la epistemología y la historia de la ciencia.
Thomas S. Khun:
Dentro del campo anglosajón, Thomas Khun es uno de los más destacados referentes. De su obra La Estructura de las Revoluciones Científicas, tomaré el concepto de paradigma, muy utilizado en las ciencias físico-naturales y también en las ciencias sociales. Dicho concepto designa entre otras cosas tipos específicos de prácticas de investigación, también se utiliza en sustitución de "esquema teórico", "cuadro teórico", "estructura organizada de supuestos". Adquiere una dimensión más compleja cuando si le asocia a los que Khun llama "ciencia normal".
Para Khun la historia de la ciencia tiene periodos de crisis o de revoluciones, y periodos de "ciencia normal". En los periodos de ciencia normal los sabios trabajan para desarrollar las implicaciones sobre puntos particulares. Se relaciona con el termino paradigma en el sentido que la ciencia normal, debe responder al paradigma dominante. La investigación, en los períodos de ciencia normal es tratada de manera que los hechos que estudia puedan ser clasificados en las casillas suministradas por el paradigma. Los paradigmas suministran los criterios de validez de los enunciados al fijar el consenso de la sociedad de sabios. La investigación normal se preocupa muy poco de encontrar novedades. Cuando un enigma científico es tan grande que no puede ser resuelto y llega a ser considerado como una anomalía, aparece una transición hacia una crisis, es el pasaje de la ciencia normal a la ciencia extraordinaria.
Las revoluciones científicas o periodos de ciencia extraordinaria aparecen cuando los especialistas no pueden ignorar por mas tiempo las anomalías que aparecen en la tradición establecida en la practica científica, cuando los fracasos se acumulan y los sabios dudan de sus propios principios. Las crisis comienzan con un cuestionamiento al paradigma, por un debilitamiento de las reglas de investigación normal, y surge una necesidad de considerar otro s tipos de investigación. Para que una revolución científica tenga lugar, el sabio debe renunciar a la visión del mundo que tenia hasta ese momento y adecuarse a una nueva visión.
Dice Khun al respecto de la revolución científica:
La ciencia normal es la que produce los ladrillos que la investigación científica esta continuamente añadiendo al creciente edificio del conocimiento científico. Esta concepción acumulativa del desarrollo científico es familiar y ha guiado la elaboración de una considerable literatura metodológica. Pero el desarrollo científico manifiesta también una modalidad no acumulativa, y los episodios que la exhiben proporcionan claves únicas de una aspecto central del conocimiento científico.
Los cambios revolucionarios son diferentes, ponen en juego descubrimientos que no pueden acomodarse dentro de los conceptos que eran habituales antes de que se hicieran dichos descubrimientos.
cuando este tipo de cambio de referentes acompaña un cambio de ley o teoría, el desarrollo científico no puede ser totalmente acumulativo. No se puede pasar de lo viejo a lo nuevo mediante una simple adición a lo que era ya conocido.
El ejemplo más importante que desarrolaré es el de la transición de la física aristotélica a la newtoniana. Las características del cambio revolucionario que Khun enumera, son las siguientes: a) los cambios revolucionarios son en un sentido holistas, no pueden hacerse poco a poco y contrasta así con los cambios normales o acumulativos; b) se desarrolla un cambio en que se determinan sus referentes, en el lenguaje no solo se alteran los criterios con que los términos se relacionan con la naturaleza, altera además el conjunto de objetos o situaciones con los que se desarrollan esos términos, se genera un cambio en las categorías taxonómicas. La característica esencial es su alteración del conocimiento de la naturaleza intrínseco al lenguaje mismo.
La violación o distorsión de un lenguaje científico que previamente no era problemático es la piedra de toque de un cambio revolucionario.
Alexandre koyré:
Alexandre Koyré está incluido en el denominado campo francés. Su método consiste en preguntarse, frente a un autor, a su
obra, cuales fueron en su época las limitaciones de lo pensable y dentro de esos límites, qué explica que ese pensamiento haya aparecido en lugar de otro. De la misma forma que Bachelard y la mayoria de científicos y filosofos en el campo francés, Koyré asume una posición "discontinuista" en epistemología e historia de las ciencias, característica por ejemplo, de Michel Foucault, en quien influyo fuertemente. Señala que el cambio del pensamiento filosófico y científico del siglo XVII, transforma al hombre de espectador de la naturaleza en posesor y maestro, conduciendo finalmente a la mecanización de la concepción del mundo. Coincide con Bachelard en su antiempirismo: para él la experiencia es secundaria, el mundo de las ideas es fundamental.
Dice que el papel de la "subestructura filosófica" ha sido de suma importancia –sino fundamental- en el desarrollo de las ciencias, a pesar toda la carga en contra de esa subestructura por parte de los historiadores de orientación positivista de los siglos XIX y XX.
Admitamos, pues, que las consideraciones filosóficas no son mas que andamios... ahora bien, dado que raramente se ve que las casas se construyan sin estos, la comparación podría llevarnos a una conclusión diametralmente opuesta, la de la necesidad absoluta de los andamios que sostienen la construcción y la hacen posible.
la historia del pensamiento científico nunca ha estado enteramente separada del pensamiento filosófico.
Las grandes revoluciones científicas siempre han estado determinadas por conmociones o cambios de concepciones filosóficas.
El pensamiento científico , no se desarrolla in vacuo, sino que siempre se encuentra en el interior de una cuadro de ideas, de principios fundamentales, de evidencias axiomáticas que habitualmente han sido consideradas como pertenecientes a la filosofía.
De este comentario de Koyré se desprende la absoluta importancia de la filosofía y el pensamiento en la transición a la ciencia moderna, especialmente en lo referente a la astronomia y la física.
Para desarrollar la historia de la revolución científica y su papel en la Edad Moderna y en el desarrollo de la civilización occidental, utilizare como marco teórico, dentro de la denominada Interpretación Clásica, a diferentes obras de Thomas S. Khun y Alexandre Koyré.
En los estudios de reflexión sobre la ciencia, existen diferentes aportes que vienen de diferentes dimensiones, vinculadas a la epistemología, la filosofía de la ciencia, la historia de la ciencia, la sociología de la ciencia y la psicología y psicoanálisis de la ciencia. Los modelos que utilizaré que actualmente están en concurrencia son: el campo anglosajón, cuyas referencias fundamentales hacen énfasis en la historia y la sociología de la ciencia; y el campo francés, que hace énfasis en la epistemología y la historia de la ciencia.
Thomas S. Khun:
Dentro del campo anglosajón, Thomas Khun es uno de los más destacados referentes. De su obra La Estructura de las Revoluciones Científicas, tomaré el concepto de paradigma, muy utilizado en las ciencias físico-naturales y también en las ciencias sociales. Dicho concepto designa entre otras cosas tipos específicos de prácticas de investigación, también se utiliza en sustitución de "esquema teórico", "cuadro teórico", "estructura organizada de supuestos". Adquiere una dimensión más compleja cuando si le asocia a los que Khun llama "ciencia normal".
Para Khun la historia de la ciencia tiene periodos de crisis o de revoluciones, y periodos de "ciencia normal". En los periodos de ciencia normal los sabios trabajan para desarrollar las implicaciones sobre puntos particulares. Se relaciona con el termino paradigma en el sentido que la ciencia normal, debe responder al paradigma dominante. La investigación, en los períodos de ciencia normal es tratada de manera que los hechos que estudia puedan ser clasificados en las casillas suministradas por el paradigma. Los paradigmas suministran los criterios de validez de los enunciados al fijar el consenso de la sociedad de sabios. La investigación normal se preocupa muy poco de encontrar novedades. Cuando un enigma científico es tan grande que no puede ser resuelto y llega a ser considerado como una anomalía, aparece una transición hacia una crisis, es el pasaje de la ciencia normal a la ciencia extraordinaria.
Las revoluciones científicas o periodos de ciencia extraordinaria aparecen cuando los especialistas no pueden ignorar por mas tiempo las anomalías que aparecen en la tradición establecida en la practica científica, cuando los fracasos se acumulan y los sabios dudan de sus propios principios. Las crisis comienzan con un cuestionamiento al paradigma, por un debilitamiento de las reglas de investigación normal, y surge una necesidad de considerar otro s tipos de investigación. Para que una revolución científica tenga lugar, el sabio debe renunciar a la visión del mundo que tenia hasta ese momento y adecuarse a una nueva visión.
Dice Khun al respecto de la revolución científica:
La ciencia normal es la que produce los ladrillos que la investigación científica esta continuamente añadiendo al creciente edificio del conocimiento científico. Esta concepción acumulativa del desarrollo científico es familiar y ha guiado la elaboración de una considerable literatura metodológica. Pero el desarrollo científico manifiesta también una modalidad no acumulativa, y los episodios que la exhiben proporcionan claves únicas de una aspecto central del conocimiento científico.
Los cambios revolucionarios son diferentes, ponen en juego descubrimientos que no pueden acomodarse dentro de los conceptos que eran habituales antes de que se hicieran dichos descubrimientos.
cuando este tipo de cambio de referentes acompaña un cambio de ley o teoría, el desarrollo científico no puede ser totalmente acumulativo. No se puede pasar de lo viejo a lo nuevo mediante una simple adición a lo que era ya conocido.
El ejemplo más importante que desarrolaré es el de la transición de la física aristotélica a la newtoniana. Las características del cambio revolucionario que Khun enumera, son las siguientes: a) los cambios revolucionarios son en un sentido holistas, no pueden hacerse poco a poco y contrasta así con los cambios normales o acumulativos; b) se desarrolla un cambio en que se determinan sus referentes, en el lenguaje no solo se alteran los criterios con que los términos se relacionan con la naturaleza, altera además el conjunto de objetos o situaciones con los que se desarrollan esos términos, se genera un cambio en las categorías taxonómicas. La característica esencial es su alteración del conocimiento de la naturaleza intrínseco al lenguaje mismo.
La violación o distorsión de un lenguaje científico que previamente no era problemático es la piedra de toque de un cambio revolucionario.
Alexandre koyré:
Alexandre Koyré está incluido en el denominado campo francés. Su método consiste en preguntarse, frente a un autor, a su
obra, cuales fueron en su época las limitaciones de lo pensable y dentro de esos límites, qué explica que ese pensamiento haya aparecido en lugar de otro. De la misma forma que Bachelard y la mayoria de científicos y filosofos en el campo francés, Koyré asume una posición "discontinuista" en epistemología e historia de las ciencias, característica por ejemplo, de Michel Foucault, en quien influyo fuertemente. Señala que el cambio del pensamiento filosófico y científico del siglo XVII, transforma al hombre de espectador de la naturaleza en posesor y maestro, conduciendo finalmente a la mecanización de la concepción del mundo. Coincide con Bachelard en su antiempirismo: para él la experiencia es secundaria, el mundo de las ideas es fundamental.
Dice que el papel de la "subestructura filosófica" ha sido de suma importancia –sino fundamental- en el desarrollo de las ciencias, a pesar toda la carga en contra de esa subestructura por parte de los historiadores de orientación positivista de los siglos XIX y XX.
Admitamos, pues, que las consideraciones filosóficas no son mas que andamios... ahora bien, dado que raramente se ve que las casas se construyan sin estos, la comparación podría llevarnos a una conclusión diametralmente opuesta, la de la necesidad absoluta de los andamios que sostienen la construcción y la hacen posible.
la historia del pensamiento científico nunca ha estado enteramente separada del pensamiento filosófico.
Las grandes revoluciones científicas siempre han estado determinadas por conmociones o cambios de concepciones filosóficas.
El pensamiento científico , no se desarrolla in vacuo, sino que siempre se encuentra en el interior de una cuadro de ideas, de principios fundamentales, de evidencias axiomáticas que habitualmente han sido consideradas como pertenecientes a la filosofía.
De este comentario de Koyré se desprende la absoluta importancia de la filosofía y el pensamiento en la transición a la ciencia moderna, especialmente en lo referente a la astronomia y la física.
3. El desarrollo
de la revolución científica
Filosofía, astronomía y física en la Edad Moderna
De La Filosofía Natural A La Ciencia Moderna
Tomando la concepción de la historia de la ciencia de Koyré, trataré brevemente un panorama de la filosofía moderna del siglo XVII, y su relación con la ciencia, o más exactamente como la filosofía natural se fue gradualmente escindiendo hasta convertirse en dos entidades separadas e incluso opuestas: la filosofía y la ciencia.
Los caracteres generales de la filosofía del siglo XVII: este periodo señala la madurez de la conciencia filosófica moderna y abarca su etapa más productiva. Se desarrolla un pensamiento cuyos caracteres difieren notablemente del renacentista anterior. Encontramos nuevos métodos en las prescripciones baconianas y cartesianas, de hecho, la filosofía moderna adulta se inaugura con dos tratados metodológicos: el Novum Organon de Francis Bacon, y el Discurso del Método de Rene Descartes.
La filosofía del siglo XVII adopta un tono severo muy próximo al de las ciencias, y mantiene con estas una estrecha relación. Muchos de sus hombres son al mismo tiempo científicos. Los influjos de unos sobre los otros no proceden del adoctrinamiento universitario, que suele mantenerse en el terreno de la tradición medieval, la comunicación entre filósofos se entabla por la lectura de sus obras, el trato personal, el acercamiento en viajes, y mediante una correspondencia científica y filosófica sumamente abundante. Para el progreso del pensamiento, especialmente de las ciencias, fue considerable la creación de las Academias, que contrastaba con el envejecido y anquilosado de las Universidades. A la propensión mística de los pensadores renacentistas, sucede un intelectualismo que se escinden el racionalismo de Descartes, Spinoza y Leibniz, y el empirismo de Bacon, Locke, Berkeley y Hume.
A partir del siglo XVII la ciencia adquiere un ímpetu y una influencia sobre la vida humana que antes no poseía, se inicia lo que podría llamarse la profesionalización de la filosofía en ciencia. Este es el primer siglo en que se puede distinguir, aunque no con precisión, estos dos tipos de sabios: científicos y filósofos. En este momento los filósofos ya no pueden considerase "hombres de ciencia". A partir del siglo V aC.. Cuando surgieron los primeros filósofos naturales, y hasta bien entrado el siglo XVI dC., la ciencias y la filosofía fueron la misma cosa, tuvieron el mismo nombre: filosofía natural, y fueron cultivadas sin distinción desde Tales de Mileto hasta Leonardo Da Vinci. Naturalmente, al iniciarse la separación entre científicos y filósofos, la nuevas especie que predomino por buen tiempo fue la híbrida. Sin embrago, los hombres del siglo XVII, tenían ya su vista dirigida al futuro y sus esperanzas en este mundo, diferente de los de la Edad Media.
De La Filosofía Natural A La Ciencia Moderna
Tomando la concepción de la historia de la ciencia de Koyré, trataré brevemente un panorama de la filosofía moderna del siglo XVII, y su relación con la ciencia, o más exactamente como la filosofía natural se fue gradualmente escindiendo hasta convertirse en dos entidades separadas e incluso opuestas: la filosofía y la ciencia.
Los caracteres generales de la filosofía del siglo XVII: este periodo señala la madurez de la conciencia filosófica moderna y abarca su etapa más productiva. Se desarrolla un pensamiento cuyos caracteres difieren notablemente del renacentista anterior. Encontramos nuevos métodos en las prescripciones baconianas y cartesianas, de hecho, la filosofía moderna adulta se inaugura con dos tratados metodológicos: el Novum Organon de Francis Bacon, y el Discurso del Método de Rene Descartes.
La filosofía del siglo XVII adopta un tono severo muy próximo al de las ciencias, y mantiene con estas una estrecha relación. Muchos de sus hombres son al mismo tiempo científicos. Los influjos de unos sobre los otros no proceden del adoctrinamiento universitario, que suele mantenerse en el terreno de la tradición medieval, la comunicación entre filósofos se entabla por la lectura de sus obras, el trato personal, el acercamiento en viajes, y mediante una correspondencia científica y filosófica sumamente abundante. Para el progreso del pensamiento, especialmente de las ciencias, fue considerable la creación de las Academias, que contrastaba con el envejecido y anquilosado de las Universidades. A la propensión mística de los pensadores renacentistas, sucede un intelectualismo que se escinden el racionalismo de Descartes, Spinoza y Leibniz, y el empirismo de Bacon, Locke, Berkeley y Hume.
A partir del siglo XVII la ciencia adquiere un ímpetu y una influencia sobre la vida humana que antes no poseía, se inicia lo que podría llamarse la profesionalización de la filosofía en ciencia. Este es el primer siglo en que se puede distinguir, aunque no con precisión, estos dos tipos de sabios: científicos y filósofos. En este momento los filósofos ya no pueden considerase "hombres de ciencia". A partir del siglo V aC.. Cuando surgieron los primeros filósofos naturales, y hasta bien entrado el siglo XVI dC., la ciencias y la filosofía fueron la misma cosa, tuvieron el mismo nombre: filosofía natural, y fueron cultivadas sin distinción desde Tales de Mileto hasta Leonardo Da Vinci. Naturalmente, al iniciarse la separación entre científicos y filósofos, la nuevas especie que predomino por buen tiempo fue la híbrida. Sin embrago, los hombres del siglo XVII, tenían ya su vista dirigida al futuro y sus esperanzas en este mundo, diferente de los de la Edad Media.
El profeta de la nueva filosofía era Francis Bacon
(1561-1626), quien llegó a prometer que la nueva filosofía conduciría a la
Instauratio Magna, la restauración de todas las cosas por la ciencia: se
conseguiría el paraíso terrenal. Propuso el método inductivo, que presuponía
reunir gran cantidad de hechos, a los que se llegaba por medio de la
observación y la experimentación: a la práctica, en contraposición a lo
puramente verbal. El método baconiano surgió como un intento de corregir las deficiencias
de la teoría aristotélica clásica, pero en realidad solo aporto un procedimiento para hacer inducciones graduales y progresivas,
y un método de exclusión. Otra gran contribución fue su insistencia en que el conocimiento científico no solo conduce a la sabiduría, sino
al poder, y que la mejor ciencia es la que se institucionaliza y
se lleva a cabo por investigadores.
René Descartes (1596-1650) es considerado como el fundador de la filosofía moderna. No acepta las bases filosóficas establecidas e intenta construir un edificio filosófico completo de novo. De la misma manera que Bacon, Descartes concibió a la ciencia como una pirámide cuya cúspide estaba ocupada por los principios generales de la realidad. Pero mientras Bacon llegaba a esa cúspide por medio de inducciones progresivas, Descartes propuso que el conocimiento científico se inicia en la cumbre y de ahí procede hasta abajo, siguiendo el camino de la deducción. Tiene la certeza de que el conocimiento puede alcanzarse a priori, en ausencia de la realidad y la experiencia, cuya síntesis es su cogito ergo sum. Los aspectos más sobresalientes de la filosofía cartesiana son el dualismo y el mecanicismo. Con respecto al primero, postula la existencia de dos mundos paralelos pero incapaces de articularse entre sí: el cuerpo y la mente. Con relación al segundo, la filosofía cartesiana es rígidamente determinista.
La innovación más fructífera fue la conjunción del sistema deductivo de Descartes con el método inductivo de Bacon. Lo que provocó en gran parte la explosión científica del siglo XVII fueron los dos sistemas: la reunión de los "hechos" de Bacon y la luz del análisis cartesiano.
René Descartes (1596-1650) es considerado como el fundador de la filosofía moderna. No acepta las bases filosóficas establecidas e intenta construir un edificio filosófico completo de novo. De la misma manera que Bacon, Descartes concibió a la ciencia como una pirámide cuya cúspide estaba ocupada por los principios generales de la realidad. Pero mientras Bacon llegaba a esa cúspide por medio de inducciones progresivas, Descartes propuso que el conocimiento científico se inicia en la cumbre y de ahí procede hasta abajo, siguiendo el camino de la deducción. Tiene la certeza de que el conocimiento puede alcanzarse a priori, en ausencia de la realidad y la experiencia, cuya síntesis es su cogito ergo sum. Los aspectos más sobresalientes de la filosofía cartesiana son el dualismo y el mecanicismo. Con respecto al primero, postula la existencia de dos mundos paralelos pero incapaces de articularse entre sí: el cuerpo y la mente. Con relación al segundo, la filosofía cartesiana es rígidamente determinista.
La innovación más fructífera fue la conjunción del sistema deductivo de Descartes con el método inductivo de Bacon. Lo que provocó en gran parte la explosión científica del siglo XVII fueron los dos sistemas: la reunión de los "hechos" de Bacon y la luz del análisis cartesiano.
De la revolución copernicana a newton:
La revolución copernicana:
Para Thomas Khun. la revolución copernicana fue una revolución en el campo de las ideas, una transformación del concepto del universo que tenia el hombre hasta aquel momento y de su propia relación con el mismo, y tuvo lugar en las más recónditas y oscuras minucias de la investigación astronómica.
En 1543 Nicolás Copérnico se propuso incrementar la sencillez y precisión de la teoría astronómica vigente, transfiriendo al sol muchas de las funciones que hasta entonces se atribuían a la tierra. Esa revolución no se limita a una reforma astronómica, sino que con la publicación del De Revolutionobus de Copérnico se produjeron enseguida una serie de cambios radicales en la forma de comprender la naturaleza por parte del hombre, innovaciones que culminaron un siglo mas tarde con el concepto newtoniano del universo.
Copérnico vivió y trabajó en un periodo caracterizado por rápidos cambios de orden político, económico e intelectual que prepararían las bases de la moderna civilización europea y americana, se convirtió en un foco de las apasionadas controversias religiosas, filosóficas, y sociales.
La concepción aristotélica del cosmos fue la principal fuente y el punto de apoyo para la practica astronómica precopernicana. El principio de autoridad típicamente medieval que emanaba de los escritos de Aristóteles deriva del brillo y la originalidad de sus ideas, y de su extensión y coherencia lógica. El primitivo concepto del espacio aristotélico es muy diferente de nuestra idea newtoniana del mismo. El espacio newtoniano es físicamente neutro, al contrario del primitivo, que podríamos denominar como un espacio vital: el de una habitación, una casa o una comunidad: existe un "arriba", un "abajo", etc., cada posición es una posición "para" un objeto o "donde" se produce una actividad determinada.
Los maestros de Copérnico creían aun en que la estructura del universo era como la describían Aristóteles y Ptolomeo, con lo que quedaban enmarcados en el seno de la tradición antigua. A principios del siglo XVI se seguía creyendo en la antigua descripción del universo, pero ya no se le atribuía el mismo valor. Copérnico siguió estudios universitarios a finales del silgo, lo que le convierte en heredero de Ptolomeo y Aristóteles. Si bien la ciencia jugo un importante papel a finales de la Edad Media, no debe olvidarse que las fuerzas intelectuales dominantes eran teológicas. Sin embrago, las criticas escolástica a la obra de Aristóteles ofrecieron unas alternativas importantes en algunos puntos específicos, que desempeñaron una función de máxima importancia en la preparación del camino de Copérnico.
Durante la Edad Media y gran parte del Renacimiento, la Iglesia Católica fue la autoridad intelectual dominante en toda Europa. Sin embargo, la actitud de la Iglesia con respecto a la astronomía no se mantuvo uniforme, ya que tenia periodos mas o menos permisivos, mas o menos represivos. La teoría copernicana se desarrolló en el marco de una tradición científica apadrinada y apoyada por la Iglesia. La ciencia pagana y secular derivada de los contactos con el oriente musulmán y bizantino dejaban de ser una amenaza siempre que la Iglesia pudiera seguir manteniendo su liderazgo intelectual a través de la integración de las concepciones procedentes de aquella. Dentro de una erudición de corte cristiano, se mantuvo a lo largo de cinco siglos el monopolio católico sobre la ciencia. La estructura física y cosmológica del nuevo universo cristiano plenomedieval era básicamente aristotélica, derivada de las concepciones de Tomas de Aquino (1225-1274). La critica que realizaron los escolásticos al sistema aristotélico tienen sus mayores exponentes en Nicolás de Oresme y su maestro Juan Buridan durante el siglo XIV. Los siglos durante los que perduró la escolástica son aquellos en que la tradición de la ciencia y la filosofía antigua fue simultáneamente reconstruida, asimilada y puesta a prueba, a medida que iban siendo descubiertos puntos débiles, se convertían de inmediato en focos de las primeras operaciones investigativas del mundo moderno.
En astronomía, hasta mediados del siglo XV los europeos no produjeron una tradición astronómica capaz de rivalizar con la obra de Ptolomeo. Para los europeos contemporáneos a Copérnico, la astronomía planetaria era un campo casi nuevo, que fue elaborado en un clima intelectual y social muy distinto de que hasta entonces se habían enmarcado los estudios astronómicos.
La vida de Copérnico transcurrió entre 1473 y 1543, las décadas centrales del Renacimiento y la Reforma. La agitación en la Europa renacentista y reformista facilitaron la innovación astronómica de Copérnico.
La revolución copernicana:
Para Thomas Khun. la revolución copernicana fue una revolución en el campo de las ideas, una transformación del concepto del universo que tenia el hombre hasta aquel momento y de su propia relación con el mismo, y tuvo lugar en las más recónditas y oscuras minucias de la investigación astronómica.
En 1543 Nicolás Copérnico se propuso incrementar la sencillez y precisión de la teoría astronómica vigente, transfiriendo al sol muchas de las funciones que hasta entonces se atribuían a la tierra. Esa revolución no se limita a una reforma astronómica, sino que con la publicación del De Revolutionobus de Copérnico se produjeron enseguida una serie de cambios radicales en la forma de comprender la naturaleza por parte del hombre, innovaciones que culminaron un siglo mas tarde con el concepto newtoniano del universo.
Copérnico vivió y trabajó en un periodo caracterizado por rápidos cambios de orden político, económico e intelectual que prepararían las bases de la moderna civilización europea y americana, se convirtió en un foco de las apasionadas controversias religiosas, filosóficas, y sociales.
La concepción aristotélica del cosmos fue la principal fuente y el punto de apoyo para la practica astronómica precopernicana. El principio de autoridad típicamente medieval que emanaba de los escritos de Aristóteles deriva del brillo y la originalidad de sus ideas, y de su extensión y coherencia lógica. El primitivo concepto del espacio aristotélico es muy diferente de nuestra idea newtoniana del mismo. El espacio newtoniano es físicamente neutro, al contrario del primitivo, que podríamos denominar como un espacio vital: el de una habitación, una casa o una comunidad: existe un "arriba", un "abajo", etc., cada posición es una posición "para" un objeto o "donde" se produce una actividad determinada.
Los maestros de Copérnico creían aun en que la estructura del universo era como la describían Aristóteles y Ptolomeo, con lo que quedaban enmarcados en el seno de la tradición antigua. A principios del siglo XVI se seguía creyendo en la antigua descripción del universo, pero ya no se le atribuía el mismo valor. Copérnico siguió estudios universitarios a finales del silgo, lo que le convierte en heredero de Ptolomeo y Aristóteles. Si bien la ciencia jugo un importante papel a finales de la Edad Media, no debe olvidarse que las fuerzas intelectuales dominantes eran teológicas. Sin embrago, las criticas escolástica a la obra de Aristóteles ofrecieron unas alternativas importantes en algunos puntos específicos, que desempeñaron una función de máxima importancia en la preparación del camino de Copérnico.
Durante la Edad Media y gran parte del Renacimiento, la Iglesia Católica fue la autoridad intelectual dominante en toda Europa. Sin embargo, la actitud de la Iglesia con respecto a la astronomía no se mantuvo uniforme, ya que tenia periodos mas o menos permisivos, mas o menos represivos. La teoría copernicana se desarrolló en el marco de una tradición científica apadrinada y apoyada por la Iglesia. La ciencia pagana y secular derivada de los contactos con el oriente musulmán y bizantino dejaban de ser una amenaza siempre que la Iglesia pudiera seguir manteniendo su liderazgo intelectual a través de la integración de las concepciones procedentes de aquella. Dentro de una erudición de corte cristiano, se mantuvo a lo largo de cinco siglos el monopolio católico sobre la ciencia. La estructura física y cosmológica del nuevo universo cristiano plenomedieval era básicamente aristotélica, derivada de las concepciones de Tomas de Aquino (1225-1274). La critica que realizaron los escolásticos al sistema aristotélico tienen sus mayores exponentes en Nicolás de Oresme y su maestro Juan Buridan durante el siglo XIV. Los siglos durante los que perduró la escolástica son aquellos en que la tradición de la ciencia y la filosofía antigua fue simultáneamente reconstruida, asimilada y puesta a prueba, a medida que iban siendo descubiertos puntos débiles, se convertían de inmediato en focos de las primeras operaciones investigativas del mundo moderno.
En astronomía, hasta mediados del siglo XV los europeos no produjeron una tradición astronómica capaz de rivalizar con la obra de Ptolomeo. Para los europeos contemporáneos a Copérnico, la astronomía planetaria era un campo casi nuevo, que fue elaborado en un clima intelectual y social muy distinto de que hasta entonces se habían enmarcado los estudios astronómicos.
La vida de Copérnico transcurrió entre 1473 y 1543, las décadas centrales del Renacimiento y la Reforma. La agitación en la Europa renacentista y reformista facilitaron la innovación astronómica de Copérnico.
Dice Khun del
periodo
Los musulmanes amenazaban de nuevo con absorber vastos territorios de una Europa presa de rivalidades dinásticas por las que la nación-estado reemplazaba ala monarquía feudal. Una nueva aristocracia comercial, acompañada por rápidos cambios en las instituciones económicas y en la tecnología, comenzaba a rivalizar con las viejas aristocracias d la Iglesia y la nobleza terrateniente. Lutero y Calvino encabezaban las primeras revueltas contar la hegemonía religiosa del catolicismo.
Una serie de características especificas de esa época tuvo efectos más concretos sobre la astronomía. El Renacimiento fue un periodo de viajes y exploraciones. Los viajes de los portugueses a lo largo de las costas africanas habían comenzado a excitar la imaginación y la avaricia de los europeos. El éxito de las exploraciones exigía una mejora en los mapas y las técnicas de navegación, aspectos que dependían parcialmente de un mejor conocimiento de los cielos. El príncipe Enrique El Navegante, hizo construir uno de los primeros observatorios de Europa. Las necesidades de la exploración contribuyeron a crear una demanda de astrónomos competentes, con lo que, hasta cierto punto, cambio la actitud de estos hacia su propia ciencia. Cada nuevo viaje revelaba nuevos territorios, nuevos productos y nuevos pueblos. Los hombres no tardaron en comprender hasta que punto podía ser erróneas las antiguas descripciones de la tierra.
Las discusiones en torno a las reformas de los calendarios tuvieron un efecto más directo y dramático en la práctica de la astronomía renacentista, pues el estudio de aquellos enfrentó a los astrónomos con la inadecuación e insuficiencia de las técnicas de computación que se venían empleando. Tales proyectos (de reforma de los calendarios), no se pusieron en marcha en forma eficaz hasta el siglo XVI, cuando las crecientes dimensiones de las entidades políticas, económicas, y administrativas dieron una renovada importancia a la necesidad de encontrar un medio eficaz y uniforme de computar las fechas. Dicha reforma se convirtió entonces en un proyecto oficial de la Iglesia. El calendario gregoriano, adoptado por primera vez en 1582, se basaba sobre el establecimiento de cálculos fundados en Copérnico.
Puede comprenderse entonces porque la revolución copernicana se realizó ocurrió precisamente en ese momento. Sin embargo otros aspectos del Renacimiento, de carácter más intelectual, desempeñaron un papel dentro de esta revolución: aspectos vinculados al humanismo.
Los musulmanes amenazaban de nuevo con absorber vastos territorios de una Europa presa de rivalidades dinásticas por las que la nación-estado reemplazaba ala monarquía feudal. Una nueva aristocracia comercial, acompañada por rápidos cambios en las instituciones económicas y en la tecnología, comenzaba a rivalizar con las viejas aristocracias d la Iglesia y la nobleza terrateniente. Lutero y Calvino encabezaban las primeras revueltas contar la hegemonía religiosa del catolicismo.
Una serie de características especificas de esa época tuvo efectos más concretos sobre la astronomía. El Renacimiento fue un periodo de viajes y exploraciones. Los viajes de los portugueses a lo largo de las costas africanas habían comenzado a excitar la imaginación y la avaricia de los europeos. El éxito de las exploraciones exigía una mejora en los mapas y las técnicas de navegación, aspectos que dependían parcialmente de un mejor conocimiento de los cielos. El príncipe Enrique El Navegante, hizo construir uno de los primeros observatorios de Europa. Las necesidades de la exploración contribuyeron a crear una demanda de astrónomos competentes, con lo que, hasta cierto punto, cambio la actitud de estos hacia su propia ciencia. Cada nuevo viaje revelaba nuevos territorios, nuevos productos y nuevos pueblos. Los hombres no tardaron en comprender hasta que punto podía ser erróneas las antiguas descripciones de la tierra.
Las discusiones en torno a las reformas de los calendarios tuvieron un efecto más directo y dramático en la práctica de la astronomía renacentista, pues el estudio de aquellos enfrentó a los astrónomos con la inadecuación e insuficiencia de las técnicas de computación que se venían empleando. Tales proyectos (de reforma de los calendarios), no se pusieron en marcha en forma eficaz hasta el siglo XVI, cuando las crecientes dimensiones de las entidades políticas, económicas, y administrativas dieron una renovada importancia a la necesidad de encontrar un medio eficaz y uniforme de computar las fechas. Dicha reforma se convirtió entonces en un proyecto oficial de la Iglesia. El calendario gregoriano, adoptado por primera vez en 1582, se basaba sobre el establecimiento de cálculos fundados en Copérnico.
Puede comprenderse entonces porque la revolución copernicana se realizó ocurrió precisamente en ese momento. Sin embargo otros aspectos del Renacimiento, de carácter más intelectual, desempeñaron un papel dentro de esta revolución: aspectos vinculados al humanismo.
Koyré, al respecto
del desarrollo científico durante el Renacimiento, dice que
la inspiración del Renacimiento no fue una inspiración científica. El ideal de la civilización de la época que se llama justamente Renacimiento de las letras y de las artes, no es de modo alguno un ideal de ciencia, sino un ideal de retórica.
la época del Renacimiento fue la menos dotada de espíritu crítico que haya conocido el mundo. Es la época de las más burda y profunda superstición, una época en que la creencia en la magia y en la brujería se propagó de una manera prodigiosa y estuvo infinitamente mas extendida que en la Edad Media.
el gran enemigo del Renacimiento, desde el punto de vista filosófico y científico, fue la síntesis aristotélica, y se puede decir que su gran obra es la destrucción de esta síntesis. La credulidad, la creencia en la magia, me parecen consecuencias directas de esta destrucción. Efectivamente, después de haber destruido la física, la metafísica, y la ontología aristotélicas, el Renacimiento se encontró sin física y sin ontología, es decir, sin posibilidad de decidir con anticipación si algo es posible o no.
Una vez que esta ontología es destruida y antes de que una nueva, que no se elabora hasta el siglo XVII, haya sido establecida, no hay ningún criterio que permita decidir si la información que se recibe de tal o cual "hecho" es verdadera o no. De esto resulta una credibilidad sin limites.
Ahora bien, si esta credulidad del "todo es posible" es el reverso de la medalla, hay también un anverso. Este anverso es la curiosidad sin limites, la agudeza de visión y el espíritu de aventura que llevan a los grandes viajes de descubrimiento y a las grandes obras de descripción.
Lo que falta, en cambio, es la teoría clasificadora.
La tendencia erudita produce igualmente sus frutos. Los grandes textos científicos griegos que eran desconocidos son traducidos, editados o retraducidos y reeditados.
También los grandes matemáticos griegos son traducidos y editados a lo largo del siglo XVI.
Una de las características del humanismo, el desapego de lo mundano, derivaba de una tradición filosófica que ejerció gran influencia en los primeros padres dela Iglesia, eclipsada después del siglo XII con el redescubrimiento de Aristóteles: el neoplatonismo. Dicha tradición, descubría la realidad no en las cosas efímeras de la vida cotidiana, sino en un mundo espiritual exento de todo cambio:
el neoplatonismo pasó de un salto desde el cambiante y corruptible mundo de la vida cotidiana al mundo eterno del espíritu puro, y las matemáticas mostraron la forma de llevar a cabo su cabriola. En el universo de Platón, la divinidad se hallaba convenientemente representada por el sol, que proporcionaba luz, calor y fertilidad.
Es pues manifiesto el neoplatonismo que preside la actitud de Copérnico frente al sol y a la simplicidad de la matemática.
La publicación del De Revolutionibus orbium caelestium inaugura un profundo cambio dentro del pensamiento astronómico y cosmológico. De ella se deriva un enfoque nuevo de la astronomía planetaria, la primera solución simple y precisa al problema de los planteas, y una nueva cosmología. De hecho fue escrito con el objeto de resolver el problema de los planetas que Copérnico opinaba que ni Ptolomeo ni sus sucesores había podido solucionar. Para hallar esa solución, se debía definitivamente abandonar los supuestos de un universo centrado en la tierra, y él fue uno de los primeros en dar cuenta de que el movimiento de la tierra podía resolver ese problema estrictamente científico.
la inspiración del Renacimiento no fue una inspiración científica. El ideal de la civilización de la época que se llama justamente Renacimiento de las letras y de las artes, no es de modo alguno un ideal de ciencia, sino un ideal de retórica.
la época del Renacimiento fue la menos dotada de espíritu crítico que haya conocido el mundo. Es la época de las más burda y profunda superstición, una época en que la creencia en la magia y en la brujería se propagó de una manera prodigiosa y estuvo infinitamente mas extendida que en la Edad Media.
el gran enemigo del Renacimiento, desde el punto de vista filosófico y científico, fue la síntesis aristotélica, y se puede decir que su gran obra es la destrucción de esta síntesis. La credulidad, la creencia en la magia, me parecen consecuencias directas de esta destrucción. Efectivamente, después de haber destruido la física, la metafísica, y la ontología aristotélicas, el Renacimiento se encontró sin física y sin ontología, es decir, sin posibilidad de decidir con anticipación si algo es posible o no.
Una vez que esta ontología es destruida y antes de que una nueva, que no se elabora hasta el siglo XVII, haya sido establecida, no hay ningún criterio que permita decidir si la información que se recibe de tal o cual "hecho" es verdadera o no. De esto resulta una credibilidad sin limites.
Ahora bien, si esta credulidad del "todo es posible" es el reverso de la medalla, hay también un anverso. Este anverso es la curiosidad sin limites, la agudeza de visión y el espíritu de aventura que llevan a los grandes viajes de descubrimiento y a las grandes obras de descripción.
Lo que falta, en cambio, es la teoría clasificadora.
La tendencia erudita produce igualmente sus frutos. Los grandes textos científicos griegos que eran desconocidos son traducidos, editados o retraducidos y reeditados.
También los grandes matemáticos griegos son traducidos y editados a lo largo del siglo XVI.
Una de las características del humanismo, el desapego de lo mundano, derivaba de una tradición filosófica que ejerció gran influencia en los primeros padres dela Iglesia, eclipsada después del siglo XII con el redescubrimiento de Aristóteles: el neoplatonismo. Dicha tradición, descubría la realidad no en las cosas efímeras de la vida cotidiana, sino en un mundo espiritual exento de todo cambio:
el neoplatonismo pasó de un salto desde el cambiante y corruptible mundo de la vida cotidiana al mundo eterno del espíritu puro, y las matemáticas mostraron la forma de llevar a cabo su cabriola. En el universo de Platón, la divinidad se hallaba convenientemente representada por el sol, que proporcionaba luz, calor y fertilidad.
Es pues manifiesto el neoplatonismo que preside la actitud de Copérnico frente al sol y a la simplicidad de la matemática.
La publicación del De Revolutionibus orbium caelestium inaugura un profundo cambio dentro del pensamiento astronómico y cosmológico. De ella se deriva un enfoque nuevo de la astronomía planetaria, la primera solución simple y precisa al problema de los planteas, y una nueva cosmología. De hecho fue escrito con el objeto de resolver el problema de los planetas que Copérnico opinaba que ni Ptolomeo ni sus sucesores había podido solucionar. Para hallar esa solución, se debía definitivamente abandonar los supuestos de un universo centrado en la tierra, y él fue uno de los primeros en dar cuenta de que el movimiento de la tierra podía resolver ese problema estrictamente científico.
La Revolción Copernicana Y La Iglesia
"Al cristiano le basta con creer que la causa única de todas las cosas creadas, celestes o terrestres, visibles o invisibles, es la bondad del creador, el único Dios verdadero, y que nada existe, salvo Él mismo, cuya existencia no tenga origen en Él."
"Al cristiano le basta con creer que la causa única de todas las cosas creadas, celestes o terrestres, visibles o invisibles, es la bondad del creador, el único Dios verdadero, y que nada existe, salvo Él mismo, cuya existencia no tenga origen en Él."
San Agustín.
"Me doy cuenta, Santísimo Padre, de que ciertas personas, desde el momento que conozcan que en estos libros sobre las revoluciones de las esferas del mundo atribuyo ciertos movimientos a la tierra, clamaran pidiendo una rápida condena, tanto de mi persona como de mis opiniones."
"Me doy cuenta, Santísimo Padre, de que ciertas personas, desde el momento que conozcan que en estos libros sobre las revoluciones de las esferas del mundo atribuyo ciertos movimientos a la tierra, clamaran pidiendo una rápida condena, tanto de mi persona como de mis opiniones."
Nicolás Copérnico, Prefacio del De Revolutionibus
al Papa Pablo III.
Copérnico murió en 1543, mismo año de la publicación del De Revolutionibus. Fuera del mundo de la astronomía, su repercusión fue bastante escasa, al menos en los primeros años. Su victoria final se consiguió por infiltración, convirtiéndose finalmente en una obra de referencia para todos los que se ocupaban de los problemas de la investigación astronómica. De todas formas, el copernicanismo, gradualmente, fue ganando terreno en forma inexorable.
Sin embargo, a medida que el debate planteado alrededor de la obra excedía los limites de los círculos especializados, adquiría caracteres más tumultuosos. Los clamores hicieron su aparición con lentitud.
Los argumentos anticopernicanos, aparecen una y otra vez durante la primera mitad del siglo XVII, momento en que la controversia sobre el movimiento de la tierra alcanza su mayor violencia e intensidad. El movimiento de la tierra, decíase, viola los principios del sentido comun, entra en conflicto con las ya largamente establecidas leyes del movimiento. Dichos argumentos poseían la suficiente fuerza para convencer a la mayor parte de la gente. No obstante, no eran las armas más potentes al servicio del anticopernicanismo ni tampoco las que generaron una mayor efervescencia. Este papel fue jugado por la religión y, en particular, por las Escrituras.
Con frecuencia siempre en aumento, los copernicanos recibían los epítetos de "infieles", "ateos", y cuando alrededor de 1610 fueron puestas en el Índice el De Revolutionibus y todas las obras en las que se admitía el movimiento de la tierra, se prohibió a los católicos enseñar, e incluso leer, las teorías copernicanas.
La teoría copernicana planteaba algunos problemas de enorme importancia para los cristianos, obviamente de índole teológicos. Dirigentes como Lutero y Calvino blandieron las Escrituras contra Copérnico e incitaron a la represión contra sus seguidores, pero en general el protestantismo abandona la lucha una vez que las teorías de Copérnico se vieron confirmadas con pruebas indiscutibles.
Copérnico murió en 1543, mismo año de la publicación del De Revolutionibus. Fuera del mundo de la astronomía, su repercusión fue bastante escasa, al menos en los primeros años. Su victoria final se consiguió por infiltración, convirtiéndose finalmente en una obra de referencia para todos los que se ocupaban de los problemas de la investigación astronómica. De todas formas, el copernicanismo, gradualmente, fue ganando terreno en forma inexorable.
Sin embargo, a medida que el debate planteado alrededor de la obra excedía los limites de los círculos especializados, adquiría caracteres más tumultuosos. Los clamores hicieron su aparición con lentitud.
Los argumentos anticopernicanos, aparecen una y otra vez durante la primera mitad del siglo XVII, momento en que la controversia sobre el movimiento de la tierra alcanza su mayor violencia e intensidad. El movimiento de la tierra, decíase, viola los principios del sentido comun, entra en conflicto con las ya largamente establecidas leyes del movimiento. Dichos argumentos poseían la suficiente fuerza para convencer a la mayor parte de la gente. No obstante, no eran las armas más potentes al servicio del anticopernicanismo ni tampoco las que generaron una mayor efervescencia. Este papel fue jugado por la religión y, en particular, por las Escrituras.
Con frecuencia siempre en aumento, los copernicanos recibían los epítetos de "infieles", "ateos", y cuando alrededor de 1610 fueron puestas en el Índice el De Revolutionibus y todas las obras en las que se admitía el movimiento de la tierra, se prohibió a los católicos enseñar, e incluso leer, las teorías copernicanas.
La teoría copernicana planteaba algunos problemas de enorme importancia para los cristianos, obviamente de índole teológicos. Dirigentes como Lutero y Calvino blandieron las Escrituras contra Copérnico e incitaron a la represión contra sus seguidores, pero en general el protestantismo abandona la lucha una vez que las teorías de Copérnico se vieron confirmadas con pruebas indiscutibles.
Durante los sesenta años posteriores a la muerte de Copérnico, la oposición de los católicos a su
teoría fue mínima comparada con la desplegada por los protestantes. Durante los
siglos XIV, XV y XVI la Iglesia no impuso doctrina alguna a sus fieles en materia de cosmología
El propio De Revolutionibus era un producto de la libertad concedida al clero en los dominios de la ciencia y la filosofía secular.
Con la condena de la Iglesia a partir de 1610 y con la creciente adhesión a una interpretación literal de la Biblia que se esconde debajo, debe interpretarse en parte como una reacción frente a las presiones que soportó a causa de la Reforma, de hecho, la condena al copernicanismo ocurrió durante la Contrarreforma. Lo cierto es que una vez puesto en marcha el mecanismo de la Inquisición, era muy difícil pararlo.
El propio De Revolutionibus era un producto de la libertad concedida al clero en los dominios de la ciencia y la filosofía secular.
Con la condena de la Iglesia a partir de 1610 y con la creciente adhesión a una interpretación literal de la Biblia que se esconde debajo, debe interpretarse en parte como una reacción frente a las presiones que soportó a causa de la Reforma, de hecho, la condena al copernicanismo ocurrió durante la Contrarreforma. Lo cierto es que una vez puesto en marcha el mecanismo de la Inquisición, era muy difícil pararlo.
Tycho Brahe (1546-1601) fue la autoridad más
importante durante la segunda mitad del siglo XVI en materia de astronomía,
aunque mostraba una línea de pensamiento relativamente tradicional, incluso
opuesta a Copérnico. Sin embargo, Brahe fue responsable de cambios de enorme
importancia en las técnicas de observación astronómica y en los noveles de
precisión que exigían la recolección de datos astronómicos. El sistema de Tycho
Brahe, conocido como ticónico, es una adecuación como solución de compromiso a los
problemas planteado por el De Revolutionibus, ya que mantiene a la tierra en el
centro del universo, por lo que reconcilia su propuesta con las Escrituras,
aunque es equivalente al sistema heliocéntrico de Copérnico en lo que respecta
a las matemáticas. A pesar de esto, la observación de Tycho de los cometas, le
obligó a sus partidarios a abandonar las "esferas de cristal", que
supuestamente eran el soporte de los planetas en sus órbitas.
Johanes Kepler (1571-1630), es uno de los mas
celebres colegas de Brahe, fue copernicano toda su vida, aunque trabajó con
argumentos matemáticos mucho mas sólidos. De hecho acabó por resolver el
problema de los planetas: los planetas se desplazaban a lo largo de elipses y
no con movimientos circulares como se creía. La intuición física kepleriana
introduce un concepto mas de suma importancia en el desarrollo de la ciencia en
el futuro: el anima motrix, fuerza que emanaba del sol y responsable de la
órbita de los planetas. Al resolver este problema, Kepler acabo por convertir
al copernicanismo a todos los astrónomos a partir de 1627, cuando publica las
Tablas Redolfinas.
Lo que es realmente nuevo en la concepción el mundo
de Kepler es la idea de que el universo esté regido en todas partes por las
mismas leyes y por leyes de naturaleza estrictamente matemática. Su universo
es, sin duda, un universo estructurado, jerárquicamente estructurado en
relación al sol y armoniosamente ordenado por el Creador, que se manifiesta a
sí mismo en él como en un símbolo. El dios platónico de Kepler construye el
mundo geometrizándolo.
Galileo Galilei (1564-1642) escrutaba a partir de
1609 los cielos con un telescopio por primera vez, instrumento que permitió
descubrir en sus manos innumerables testimonios a favor del copernicanismo,
aportando a la astronomía los primeros datos cualitativos desde los recogidos
en la antigüedad. La observación detallada de la superficie lunar, las manchas
y rotación solares y el descubrimiento de las lunas de Júpiter, terminaron de
destruir la supuesta perfección de la región celeste. Las lunas de Júpiter
ofrecían un modelo visible del sistema solar copernicano.
Kepler (y Bruno) pueden ser incorporados al Renacimiento;
con Galileo salimos sin ninguna duda y definitivamente de esta época, Galileo
no tiene nada de lo que la caracteriza. Es antimágico en el mas alto grado. Lo
que le anima es la gran idea de la física matemática, de la reducción de lo
real a lo geométrico. De este modo, geometriza el universo, es decir,
identifica el espacio físico con el de la geometría euclidiana.
Galileo se nos presenta al mismo tiempo como uno de
los primeros hombres que comprendió de manera muy precisa la naturaleza y el
papel de la experiencia en las ciencias. El experimentum, para oponerlo
justamente a la experiencia comun, es una pregunta hecha a la naturaleza, una
pregunta hecha en un lenguaje muy especial, en el lenguaje geométrico y
matemático; sabe que no basta observar los que existe, lo que se presenta
normal y naturalmente a los ojos.
Los instrumentos con que trabaja y lleva a cabo el
experimentum –como el telescopio-, son encarnaciones de la teoría. La ruptura
con todo lo anterior es extremadamente profunda.
Con Galileo y después de galileo tenemos una
ruptura entre el mundo que se ofrece a los sentidos y el mundo real, el de la ciencia. Este mundo
real es la geometría hecha cuerpo, la geometría realizada.
A mediados del XVII es difícil encontrar ya un
astrónomo que no sea copernicano, a fines de siglo es ya imposible. Quedaba
allanado el camino hacia una concepción newtoniana del mundo.
Camino al nuevo universo:
De Aristóteles a Platón, de la teoría del Ímpetus a la Ley de Gravitación Universal
Koyré caracteriza la actitud mental e intelectual propia de la revolución espiritual acaecida en el siglo XVI, rasgos que
caracterizaron a la ciencia moderna:
1°, la destrucción del cosmos y, por consiguiente, la desaparición en la ciencia de todas las consideraciones fundadas en esta noción; 2° la geometrización del espacio, es decir, la sustitución de la concepción de un espacio cósmico cualitativamente diferenciado y concreto, el de la física pregalileana, por el espacio homogéneo y abstracto de la geometría euclidiana.
De Aristóteles a Platón, de la teoría del Ímpetus a la Ley de Gravitación Universal
Koyré caracteriza la actitud mental e intelectual propia de la revolución espiritual acaecida en el siglo XVI, rasgos que
caracterizaron a la ciencia moderna:
1°, la destrucción del cosmos y, por consiguiente, la desaparición en la ciencia de todas las consideraciones fundadas en esta noción; 2° la geometrización del espacio, es decir, la sustitución de la concepción de un espacio cósmico cualitativamente diferenciado y concreto, el de la física pregalileana, por el espacio homogéneo y abstracto de la geometría euclidiana.
Divide la transición a la ciencia moderna en tres
etapas o épocas, que corresponden a tres tipos diferentes de pensamiento:
primero, la física aristotélica; a continuación, la física del ímpetus, salida, como todo el resto, del pensamiento griego y elaborada en el curso del siglo XIV por los nominalistas parisienses; Finalmente, la física moderna, matemática, del tipo de Arquímedes o Galileo.
La física del ímpetus progresó mucho en los trabajos de Galilei, bajo la influencia innegable de Arquímedes y Platón, sin embargo, encuentra que es imposible matematizar, es decir, transformar en concepto exacto, matemático, la grosera, vaga y confusa teoría del ímpetus. Hube que abandonar esta concepción a fin de edificar una física matemática en la perspectiva de la estática de Arquímedes. Hubo que formar y desarrollar un concepto nuevo y original del movimiento. Este nuevo concepto es el que le debemos a Galileo.
El papel y el puesto de las matemáticas en la ciencia no es realmente un problema nuevo. Muy al contrario: durante mas de dos mil años ha sido el objeto de la meditación, la investigación y la discusión filosóficas. Vemos que para la conciencia científica y filosófica de la época, la oposición, o mejor, la línea divisoria entre lo aristotélico el platónico es perfectamente clara. Si reivindicamos para las matemáticas un estatuto superior, si además le atribuimos un valor real y una posición decisiva en física, somos platónicos. Si, por el contrario, vemos en las matemáticas una ciencia abstracta, así, pues, de menos valor que aquellas –física y metafísica- que tratan de ser real; si particularmente sostenemos que la física no necesita ninguna otra base que la experiencia y debe edificarse directamente sobre la percepción, que las matemáticas deben contentarse con el papel secundario y subsidiario de un simple auxiliar, somos aristotélicos.
primero, la física aristotélica; a continuación, la física del ímpetus, salida, como todo el resto, del pensamiento griego y elaborada en el curso del siglo XIV por los nominalistas parisienses; Finalmente, la física moderna, matemática, del tipo de Arquímedes o Galileo.
La física del ímpetus progresó mucho en los trabajos de Galilei, bajo la influencia innegable de Arquímedes y Platón, sin embargo, encuentra que es imposible matematizar, es decir, transformar en concepto exacto, matemático, la grosera, vaga y confusa teoría del ímpetus. Hube que abandonar esta concepción a fin de edificar una física matemática en la perspectiva de la estática de Arquímedes. Hubo que formar y desarrollar un concepto nuevo y original del movimiento. Este nuevo concepto es el que le debemos a Galileo.
El papel y el puesto de las matemáticas en la ciencia no es realmente un problema nuevo. Muy al contrario: durante mas de dos mil años ha sido el objeto de la meditación, la investigación y la discusión filosóficas. Vemos que para la conciencia científica y filosófica de la época, la oposición, o mejor, la línea divisoria entre lo aristotélico el platónico es perfectamente clara. Si reivindicamos para las matemáticas un estatuto superior, si además le atribuimos un valor real y una posición decisiva en física, somos platónicos. Si, por el contrario, vemos en las matemáticas una ciencia abstracta, así, pues, de menos valor que aquellas –física y metafísica- que tratan de ser real; si particularmente sostenemos que la física no necesita ninguna otra base que la experiencia y debe edificarse directamente sobre la percepción, que las matemáticas deben contentarse con el papel secundario y subsidiario de un simple auxiliar, somos aristotélicos.
A medida que se iban haciendo más difícil dudar de
la innovación introducida en la astronomia, más urgente se hizo la necesidad de
efectuar ciertos ajustes en otros dominios del pensamiento. La astronomía
copernicana aniquilaba las respuestas tradicionales a muchas cuestiones, pero
no ofrecía nada en sustitución. Eran necesarias una nueva física y una nueva
cosmología, que finalmente fueron creadas por sabios que pertenecían a la
minoría copernicana.
Después de la muerte de Copérnico la tesis neoplatónica proporciona un motivo y un tema central a
los escritos cosmológicos de un místico italiano Giordano Bruno. Según él, el
sol era
una de las infinitas estrellas que se esparcían a lo largo y ancho del espacio infinito; entre los cuerpos celeste que moran en el espacio, deben existir planetas habitados, como la tierra. Con tal punto, no solo la tierra, sino también el sol y el sistema solar en su conjunto, se convertían en insignificantes partículas perdidas en la infinitud de la creación divina.
Puesto que el copernicanismo destruía la unicidad de la tierra, suprimía la distinción terrestre-celeste y sugería la infinitud del universo, el vacío infinito de los atomistas era el receptáculo natural para este sistema solar de Copérnico.
El atomismo comenzó a resurgir intensamente a partir del siglo XVII, y mezclado con el copernicanismo se convirtió en uno de los principios fundamentales de una nueva filosofía que guiaba la imaginación científica.
La otra trayectoria histórica que conduce del cosmos heliocéntrico al universo newtoniano, es la que se desarrolla a través de toda una serie de tentativas encaminadas a resolver el problema más acuciante que planteo el copernicanismo: ¿qué provoca el movimiento de los planetas?
Como vimos anteriormente, Kepler fue uno de los primeros en introducir fuerzas dimanantes del sol que fundamentaban el movimiento planetario: el concepto de anima motrix, precedente primitivo de la gravedad newtoniana.
Desde el punto de vista conceptual que conduce de Kepler a Newton es relativamente sencillo. Bastaba con introducir una serie de correcciones de importancia para convertir el sistema kepleriano en otro cualitativamente muy similar al de Newton. Estas correcciones son consecuencia directa de del reconocimiento de la función de la inercia en la física celeste, aspecto desarrollado en los trabajos de Descartes.
una de las infinitas estrellas que se esparcían a lo largo y ancho del espacio infinito; entre los cuerpos celeste que moran en el espacio, deben existir planetas habitados, como la tierra. Con tal punto, no solo la tierra, sino también el sol y el sistema solar en su conjunto, se convertían en insignificantes partículas perdidas en la infinitud de la creación divina.
Puesto que el copernicanismo destruía la unicidad de la tierra, suprimía la distinción terrestre-celeste y sugería la infinitud del universo, el vacío infinito de los atomistas era el receptáculo natural para este sistema solar de Copérnico.
El atomismo comenzó a resurgir intensamente a partir del siglo XVII, y mezclado con el copernicanismo se convirtió en uno de los principios fundamentales de una nueva filosofía que guiaba la imaginación científica.
La otra trayectoria histórica que conduce del cosmos heliocéntrico al universo newtoniano, es la que se desarrolla a través de toda una serie de tentativas encaminadas a resolver el problema más acuciante que planteo el copernicanismo: ¿qué provoca el movimiento de los planetas?
Como vimos anteriormente, Kepler fue uno de los primeros en introducir fuerzas dimanantes del sol que fundamentaban el movimiento planetario: el concepto de anima motrix, precedente primitivo de la gravedad newtoniana.
Desde el punto de vista conceptual que conduce de Kepler a Newton es relativamente sencillo. Bastaba con introducir una serie de correcciones de importancia para convertir el sistema kepleriano en otro cualitativamente muy similar al de Newton. Estas correcciones son consecuencia directa de del reconocimiento de la función de la inercia en la física celeste, aspecto desarrollado en los trabajos de Descartes.
Kepler descubre la fuerza de atracción mutua de
todos los cuerpos materiales, la atracción de todas las cosas por la tierra.
Estas correcciones en los sistemas fueron realizadas por G. A. Borelli (1608-1679) y Robert Hooke (1635-1703), que se acercan en grado sumo a los rasgos cualitativos del sistema newtoniano.
Otro problema planteado por el copernicanismo es la cuestión de porqué los cuerpos pesados caen sobre la superficie de la tierra. Dicho problema ha llevado a los historiadores de la ciencia y la filosofía a caracterizar a la física moderna por uno de sus rasgos más distintivos: el principio de inercia. La física moderna estudia en primer lugar el movimiento de los cuerpos que nos rodean. El principio de inercia es muy simple: afirma que un cuerpo abandonado a sí mismo permanece en estado de reposo o movimiento tanto tiempo como no este sometido a la acción de una fuerza exterior cualquiera. Descartes contestó que estos cuerpos son empujados hacia la tierra por impactos procedentes de los corpúsculos de aire del vórtice centrado en la tierra, explicación corpuscular de la gravedad que Descartes publicó en 1644, y de suma importancia para le proceso hacia el newtonianismo.
Entretanto, Newton y Hooke dieron un paso que tuvo enormes consecuencias, guiados por la idea cartesiana por el que el mecanismo que regia las caídas terrestres y celestes era el mismo, sugirieron que la fuerza que atraía a los planetas hacia el sol y la luna a la tierra, era la misma que la que causaba la caída de "piedras y manzanas". Newton centró su atención en este problema a partir de 1666, descubriendo los valores matemáticos que regían la caída de los planetas y los objetos pesados. Estas deducciones matemáticas no tenían precedente alguno en la historia de las ciencias, de hecho la ciencia del siglo XVII alcanzo su apogeo con este descubrimiento. Estos trabajos fueron el preludio para la publicación de los Philosophiae Naturalis Principia Mathematica de Newton.
Estas correcciones en los sistemas fueron realizadas por G. A. Borelli (1608-1679) y Robert Hooke (1635-1703), que se acercan en grado sumo a los rasgos cualitativos del sistema newtoniano.
Otro problema planteado por el copernicanismo es la cuestión de porqué los cuerpos pesados caen sobre la superficie de la tierra. Dicho problema ha llevado a los historiadores de la ciencia y la filosofía a caracterizar a la física moderna por uno de sus rasgos más distintivos: el principio de inercia. La física moderna estudia en primer lugar el movimiento de los cuerpos que nos rodean. El principio de inercia es muy simple: afirma que un cuerpo abandonado a sí mismo permanece en estado de reposo o movimiento tanto tiempo como no este sometido a la acción de una fuerza exterior cualquiera. Descartes contestó que estos cuerpos son empujados hacia la tierra por impactos procedentes de los corpúsculos de aire del vórtice centrado en la tierra, explicación corpuscular de la gravedad que Descartes publicó en 1644, y de suma importancia para le proceso hacia el newtonianismo.
Entretanto, Newton y Hooke dieron un paso que tuvo enormes consecuencias, guiados por la idea cartesiana por el que el mecanismo que regia las caídas terrestres y celestes era el mismo, sugirieron que la fuerza que atraía a los planetas hacia el sol y la luna a la tierra, era la misma que la que causaba la caída de "piedras y manzanas". Newton centró su atención en este problema a partir de 1666, descubriendo los valores matemáticos que regían la caída de los planetas y los objetos pesados. Estas deducciones matemáticas no tenían precedente alguno en la historia de las ciencias, de hecho la ciencia del siglo XVII alcanzo su apogeo con este descubrimiento. Estos trabajos fueron el preludio para la publicación de los Philosophiae Naturalis Principia Mathematica de Newton.
Paralelamente, la concepción de un mundo constituido
por átomos, cuyo movimiento eterno obedece a unas pocas leyes promulgadas por
Dios, había cambiado para muchos hombres la imagen de la propia divinidad. En el universo-reloj, Dios aparecía
muy a menudo como simple relojero, como el ser que había diseñado si sus
componentes atómicos y establecido las leyes del movimiento, abandonándolo a sí
mismo después de puesto en marcha.
A la muerte de Newton acaecida en 1727, la mayoria de los científicos y hombres cultivados concebían el universo como un espacio infinito y neutro donde moraban un número infinito de corpúsculos sometidos a leyes pasivas como la de la inercia, y había reemplazado definitivamente al ruinoso universo aristotélico.
A la muerte de Newton acaecida en 1727, la mayoria de los científicos y hombres cultivados concebían el universo como un espacio infinito y neutro donde moraban un número infinito de corpúsculos sometidos a leyes pasivas como la de la inercia, y había reemplazado definitivamente al ruinoso universo aristotélico.
Durante el proceso conocido como Revolución
Científica que llevó a la instauración de la ciencia moderna, hemos visto como
la filosofía aristotélica propia del medioevo y que representaba la autoridad
de la Iglesia, fue reemplazada por el neoplatonismo; cómo el principio de
autoridad que ejercía la Iglesia a través de las Escrituras y los textos, tanto
religiosas como filosóficas y científicas, fue reemplazado por otro nuevo
criterios de verdad, con la teoría –hipótesis-, y la observación de la
realidad; cómo la filosofía y las ciencias se van paulatinamente diferenciando
y distanciando hasta convertirse en disciplinas diferentes; en el campo del
lenguaje fueron mutando conceptos que facilitaron la comprensión de la
realidad, como por ejemplo el concepto de ímpetus en el de inercia, para dar
finalmente con la Ley de Gravitación Universal; pero fundamentalmente, la
revolución científica representa y contribuyo significativamente a la visión
del universo que aun hoy en la actualidad tenemos, y que es uno de los pilares
de la modernidad. Martín Di Santo
Los progresos técnicos que introdujo la Revolución Industrial, en el siglo XIX transformaron todos los
aspectos relacionados con la vida europea. El término de Revolución Industrial
fue acuñado por el historiador Arnold Toynbee para referirse al desarrollo económico británico entre 1760 y 1840, aunque luego
se le ha dado un significado más amplio.
En un siglo (1780-1880) la acumulación de invenciones
origina una transformación completa del modo de producción, una revolución de los transportes y un crecimiento
increíble de los intercambios tanto a nivel nacional como a nivel
internacional. Anunciadas por las transformaciones rápidas de la agricultura y el crecimiento demográfico.
Así mismo todas las consecuencias surgidas a raiz
de todos los cambios se estudian en este taller de Historia
Universal.
1.- Concepto de Edad Contemporánea
Edad
contemporánea, periodo histórico que sucede a finales del Siglo
XVIII el cual se desarrollo hasta el presente le confieren unas connotaciones
muy particulares por su cercanía en el tiempo. Suele considerarse que la llamada época contemporánea
comienza en 1789, con la revolución francesa, que provoco la caída del antiguo
régimen existente en Europa y abrió el camino a nuevas formas de organización política
y social.
2.- Maquinismo o
Revolución Industrial
Es el cambio que se produce en la Historia Moderna de Europa por el
cual se desencadena el paso desde una economía agraria y artesana a otra dominada por la industria y la mecanización.
Fue un movimiento surgido en el Siglo XVIII en Inglaterra, extendido a Europa y a los Estados Unidos,
originado en la invención de las máquinas para la industria textil, de las máquinas de vapor y
eléctricas, y de los motores de explosión.
3.- Consecuencia
de la Revolución Industrial
A.- Económica
Se imponen la industrialización y el capitalismo
a.- Concepto de la Gran Industria
a.- Concepto de la Gran Industria
La Gran Industria se caracteriza por ser
maquinista, es decir las maquinas suplantan a la mano de obra
- Las fábricas remplazaron los talleres y los lugares domésticos de trabajo.
- Durante la Revolución Industrial Europa experimentó el cambio de una economía tradicional apoyada en la agricultura y el trabajo artesano, a una economía de uso más intensivo del capital, basada en la manufactura de la máquinas, en la mano de obra especializada y en las fábricas industriales.
- Nuevas formas de organización del trabajo humano.
- Disminuyó en forma drástica la utilización de la fuerza humana y animal.
- Los mayores niveles de productividad provocaron una búsqueda de nuevas fuentes de materias primas.
- Nuevas fuentes de energía y de potencia como el carbón y el vapor.
- Nuevos patrones de consumo y revolución en los medios de transporte.
b.- Concepto de Gran Comercio
El Gran Comercio tiene estrecha relación con el desarrollo de la Gran
Industria, ya que trafica con los productos resultantes de ésta y desarrolla las actividades
bancarias, que facilitan los créditos, las operaciones a plazo, el uso de las letras de cambio, el sistema de cuentas corrientes, de hipotecas, el uso de cheques de gerencia y de cheques viajeros, etc.
El Gran Comercio asume la doctrina liberal en este
slogan: "dejar hacer y dejar ser". Esta doctrina reclama el respeto de las libertades de emprender, de empleo, y de intercambio.
El Gran Comercio tiene carácter internacional y se basa, en este caso, en la diferencia
que hay de un país a otro en cuanto a la existencia de materia prima y a su capacidad como productor.
c.- Concepto de Imperialismo Económico
Sistema y doctrina de los imperialistas, Práctica
de dominación empleada por las naciones o pueblos poderosos para ampliar y
mantener su control o influencia sobre naciones o pueblos más débiles;
aunque algunos especialistas suelen utilizar este término de forma más
específica para referirse únicamente a la expansión económica de los estados
capitalistas.
d.- Cuadro Diferencial entre Países Desarrollados y
Subdesarrollados.
Países
Desarrollados
|
Países
Subdesarrollados.
|
Económicamente independientes:
Con poderosa industrialización, cuantiosos recursos de materias primas.
|
Dependen económicamente de los Países
Desarrollados:
Vende sus materias primas al país que ejerce
sobre él su imperialismo y le compra los productos manufacturados.
|
Extensas e intensa actividad comercial.
|
Balanza comercial desfavorable (mayor importación que exportación)
|
En los países desarrollados existe la sede las
compañías anónimas que tienen su campo de acción prácticamente en todo el mundo
|
Se caracteriza por ser monoproductor o no tener
producción de relieve alguna. Escasa o nula diversificación productiva
|
La moneda de estos países (el dólar, el rublo, la
libra esterlina) esta respaldada por la sólida riqueza de los mismos y su valor adquisitivo es considerable.
|
Moneda de escaso valor adquisitivo
|
B.- Social
Predomina la burguesía y surge el proletariado
a.- Cuadro Diferencial entre las clases capitalistas y patrono- Obreras y proletariado
a.- Cuadro Diferencial entre las clases capitalistas y patrono- Obreras y proletariado
Capitalistas -
Patrono
|
Obreras –
Proletariado
|
Origen en los antiguos Burgueses
|
Formada por los trabajadores de las fabricas
|
Maneja los grandes capitales
|
Vendían su trabajo por un salario
|
Ejerció influencia en el Gobierno
|
No tenían acceso al gobierno
|
Su riqueza aumento gracias a la libertada
económica
|
Su ganancia pasaba solo al capitalista
|
C.- Doctrinas
a.- Socialismo Científico. Concepto-Personajes-Obras
Concepto
Socialismo nacionalista según cuya doctrina la sociedad comunista, surgiría ineludiblemente como conclusión
de la lucha económica de la burguesía y el proletariado, siendo el punto de
llegada necesario del dinamismo histórico o de la justicia distributiva del trabajo como origen de todos los productos
económicos.
Expresión equivalente a socialismo marxista o
socialismo revolucionario.
Personajes
Como Precursores los franceses:
Sismondi (1773-1842)
Proudhon (1809-1865)
Como Creadores, los filosofos:
Carlos Marx (1818-1883)
Federico Engels
Obras
El Capital
de Carlos Marx
El Manifiesto del Partido
Comunista (1847) Carlos Marx en colaboración con Federico Engels.
b.- Socialismo Cristiano. Concepto-Personajes-Obra
Teoría que procura conferir a la, religión
cristiana un tinte socialista, presentar el cristianismo como defensor de los Intereses de los
trabajadores y como medio de liberación de todas las calamidades sociales.
El Socialismo Cristiano es la posición de la Iglesia Católica frente al problema de La Cuestión Social.
Considera al hombre como centro de la sociedad, por encima de ella y del estado porque cronológicamente y lógicamente es ésa su
posición.
Personajes
Papa León XIII
Papa Pio X
Benedicto XV
Pio XI
Pio XII
Juan XXIII
Pablo VI
Los Filósofos
Maritain
Lepp
Lebret, entre otros
Obras
Graves de Communi
(1891) de Papa León XIII
Rerum Novarum
(1891) de Papa León XIII
Populorum Progresio
(1967) de Pablo VI
c.- Cuestión Social. Concepto
La cuestión social es un problema que puede tener
un doble planteamiento o enfoque: un planteamiento teórico o a priori y un
planteamiento histórico o a posteriori. Por lo tanto la cuestión social
teóricamente considerada es el problema de las relaciones del hombre con los bienes de la tierra, caracterizada por la gran distancia entre el
patrono y el obrero.
A la Cuestión Social se le buscan soluciones entre las cuales se cuentan El Socialismo
Científico y El Socialismo Cristiano. Finalmente los estados establecen leyes que marcan el camino hacia la solución de tales problemas.
d.- Cuadro Diferencial entre Comunismo y Capitalismo
Comunismo
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Capitalismo
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Comunismo: Es una ideología política cuya principal aspiración es la
consecución de una sociedad en la que los principales recursos y medios de
producción pertenezcan a la comunidad y no a los individuos.
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Capitalismo: Es una economía que mantienen las
poderosas relaciones que reduce a los trabajadores a ser menos autónomos a
quien se les niega el valor y la dignidad de su trabajo que busca por encima de todo el
crecimiento de los mercados y de sus ganancias.
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Origen del Comunismo: Surgió, a principios del siglo XIX, como respuesta al nacimiento y
desarrollo del capitalismo moderno.
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Origen del Capitalismo: Fue desarrollándose
paulatinamente en Europa Occidental, a raíz de la crisis feudal, fundamentalmente a partir del siglo XVI.
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Fundadores del Comunismo: Los fundadores del
comunismo fueron, Karl Marx y Friedrich
Engels
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Fundadores del Capitalismo: Se puede decir que,
de existir un fundador del sistema capitalista, éste es el filósofo Adam Smith, que fue el primero en describir los principios
básicos que definen el capitalismo.
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En la teoría, estas sociedades permiten el reparto equitativo de todo el trabajo
en función de la habilidad, y de todos los beneficios en
función de las necesidades.
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El principal objetivo de los países capitalistas consiste en garantizar
un alto nivel de empleo al tiempo que pretende mantener la estabilidad de los
precios.
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La sociedad comunista supone que, en último
término, no se necesita que haya un gobierno coercitivo y, por lo tanto, la sociedad comunista
no tendría por qué tener legisladores.
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La actividad económica aparece organizada y
coordinada por la interacción entre compradores y vendedores que se produce en
los mismos mercados.
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El comunismo debe luchar, por medio de la
revolución, para lograr la abolición de la propiedad privada; la responsabilidad de satisfacer las necesidades públicas
recae, pues, en el Estado.
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Bajo el sistema capitalista el control del sector público debe ser mínimo, se considera que si existe competencia, la actividad económica se controlará
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